viernes, 11 de diciembre de 2015

transformación



Transformación tabaibera o tabeiberil de...
... lo que era un espléndido jardín. Terrazas desaparecidas, devoradas por la maleza (y basuras, en decir de los pastores [hierbas malas]). En lugar de sacarnos de la pobreza, nos hunden más y más en ella. Y ello, a pesar de nuestras riquezas naturales. Hemos perdido las raíces, y estamos sin suelo. Nuestro desarrollo, está frenado.
Y, habrá que volver a colonizar la isla, de lo contrario, no salimos de ésta. Pues, hay cargos de agricultura, sin agricultura. Sin agricultura, no hay trigo, y sin trigo no hay pan; solo hambre y paro. Tenemos -sí-, ingenieros agrónomos, en reforestaciones de pinos. El cabildo ha comprado la isla, sin que ésta estuviera en venta; se la ha apropiado; sí, grandes extensiones con explotaciones ahora paradas. Somos -pues- la isla sin tierra. Nos queda algún claro entre pinos, maldecido por ellos. El carácter ganadero, responde a un tiempo -también- ido. La isla es, una gran finca comprada por el cabildo a precio irrisorio; fincas que claman por los herederos de sus dueños (¡si hubiera justicia y una asociación de afectados, que se movieran!). Propiedades con probabilidades de ser recuperadas. La tierra, debe retornar a sus legítimos dueños. No solo se han perdido tierras, sino también sus lindes. De ellas, se conservan viejos títulos de propiedad (¿?). De vegetación espléndida a bosques de pinos, árboles no madereros, ni traederos de agua; de flora rica y variada a la sola tabaiba y floresta desagradable. Todo, hasta hace poco en uso de ganadería y de agricultura. Se pudiera volver a las fincas, si se pusieran en marcha las motosierras que abatan o derrumbe la malezas y los pinos con los otros árboles no frutales (los pocos que quedan, escuálidos y esqueléticos). Deforestar, es el verbo a conjugar. La madera, no sirve sino para ser quemada. Desbroce y quema, es lo que espera, como solución para salir hacia adelante. Es obligatorio, despejar la tierra de pinos y tabaibas. Sin esta operación, imposible poder volver a plantar, sembrar o simplemente que salga la hierba o pasto para el ganado (por volver). Hay que poner en valor la tierra. Hay que preservar lo poco bueno que queda. Hay que volver a la producción de gran variedad de productos que tendríamos. Ha sucedido que el cabildo nos ha expoliado, y nos ha exterminado agrícola y ganaderamente (como ejemplo la matanza de cabras) y esto hay que regenerarlo de nuevo. El cabildo, tomó posesión de las tierras, acabando con su uso y provecho, expulsando a los campesinos, únicos dueños y señores de la tierra que cuidaban, de la que vivían y salía nuestra riqueza. Los anteriores ocupantes de las tierras, deben volver a ellas, son suyas, sus verdaderos dueños, a pesar de escrituras falsas y por engaños. Las tierras han sido, ocupadas por un muy ecológico cabildo que las tiene paradas y acaparadas...
El Padre Báez, que pide al cabildo devuelva lo robado (mal comprado), y respete al ganado.
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(mirando las cabras): “... levanto mis ojos a los montes...” (salmo 120). / “... al borde del abismo... yacen caídas, muertas...” (salmo 87).

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