sábado, 12 de diciembre de 2015

huertos



Huertos tabaiberos o de tabaibas...
... mientras que, en los huertos, huertas, cercados, cadenas, fincas, etc.,  rurales (en el campo) son vigilados por el miedo ambiente y el seprona, para las irracionales, abusivas y contras naturas multas, sanciones, cárceles, y muertes, les dan por sustituirlos en la ciudad o urbe. De tal modo y manera que en el campo no (su medio natural y ecológico), y en las ciudades o grandes poblaciones entre guaguas, coches, motos y camiones con sus humos contaminantes y aguas fecales, sí.
Esto, es -simplemente- un mundo, el mundo al revés. Sacan la agricultura, y sus verduras del campo, para plantarlas en la ciudad. Por supuesto, siempre hubo algo plantado en azoteas y a las afueras de las ciudades o urbes, pero de ahí a que te planten entre edificios y te lo prohíban, vigilen, castiguen si lo haces en el medio rural o campo y los favorezca en donde no les es propio, por cancerígenas esas hortalizas o lo que sea, parece tiene una clara intención: reducir la población y que auto se destruyan con comidas envenenadas, y no con las sanas y saludables que se desprenden de su lugar natural y propio. Que los espacios abandonados o en las afueras de las grandes poblaciones o urbes, son lugares insalubres, de basuras y contaminación y que sea ahí donde planten para comer, ¡antes me muero de hambre y tengo una muerte natural! ¿Tomates y lechugas de entre humos y detritus humanos de las ciudades?, ¡ni loco, y por más hambre que tuviera! Hay que ser perros, y no peritos agrícolas, para permitir y no alzar la voz contra lo que debe ser prohibido por insalubre y enfermizo y mortal: producir comida en lugares tan insanos como contaminantes y contaminados. Huertas entre escombros, ¡no! Por supuesto que a menos cultivo en el campo la pobre gente hambrienta tendrán que plantar su propia muerte entre basuras. Imposible nos creamos lo que nos quieren vender, que dichos huertos así llamados, cuando son estercoleros, son ecológicos, ¿ecológicos?, pero ¿qué entienden por ecológico? ¿Tal vez crean que lo producido en su hábitat natural y propio (el campo o rus en latín, y de ahí lo de rústico o campestre), es lo anti-ecológico? Nada tiene de extraño, que obligados a abandonar el campo, algún nostálgico campesino plante y cultive algo entre coches y cementos, entre basuras y escombros -que darse se da, mal que bien-, pero ¿en qué condiciones de salubridad? Toda tierra entre cemento y coches es tierra degradada, y nunca podrán ser reconvertidas en tierras fértiles y saludables, ¡imposible! Falso y mentira es que sean esos productos sanos o ecológicos, si bien es cierto que cumplen una función mínimamente social, y es que: pueden reunir a algunos ancianos -nostálgicos de sus tierras en el campo, que prohibidos cultivar en lo propio o en lo que es suyo-, suplan y hagan lo único que saben hacer en la ciudad o urbe; pero es un mundo de nostalgia, y de recuerdos negativos, y por tanto frustrante y de efectos negativos por cuanto conlleva de comparación y recuerdos, recuerdos frustrantes del pasado que los vuelven depresivos y hasta neuróticos y violentos. Y no en muchos de estos mal llamados huertos, se dan y haya tensiones por robos y por ignorancias acerca de la cultura del agro o agricultura. Lugares donde crece también la violencia, y sirven como lugar de distracción negativa por ser un lugar de desconfianza, temores, angustias, robos, etc. ¡Deben ser prohibidos! Son lugares de anti-sociabilidad. Solo benefician a la clase política, que de esta manera maléfica justifica su amor a lo verde y falsa defensa de la agricultura (que no es tal; la verdadera, la tienen prohibida). Y repito, años atrás (los 50 más y menos, el que más o menos en las azoteas: coles, tomates, lechugas, y hasta una cabra o más, pero todavía no había la contaminación de ahora). Por tanto no es un fenómeno nuevo, ni la implantación de una moda actual de hace algunos pocos años, que la cosa viene de atrás, y es más que vieja esa tendencia, ahora ya desechada. Por supuesto que en la proporción de menos en el campo, más en la ciudad, así crecen -para mal de la sociedad- en la ciudad. Que es en el campo-campo donde debe tener justa y en exclusiva esta actividad del sector primario, y no por mucho imitar a otros se potencie en la ciudad, que no es el lugar adecuado, ni apropiado. Este estado de cosas, solo lo propicia el cabildo con su miedo(ambiente) y el sepro(na), que impiden toda tierra de cultivo sea cultivada, pues las han declarado naturales, protegidas, de extrema o máxima protección y otras denominaciones como las de paisajísticas y demás, con lo que no te dejan tocar absolutamente nada del campo; ¡y lo trasladan a la ciudad!, como engaño y destrucción humana o reducción del personal, al morir como y por efecto de una alimentación inadecuada. No están por la labor los vecinos salvo ancianos y enfermos que se entretienen en dichos huertos donde sus escupitajos, orines, virus, heces, etc. Y es justo lo que promocionan políticos contra natura, ayudados por una prensa escrita o hablada, que comprada por ellos, callan los males y efectos negativos de dichos huertos, en lugar de dejar se cultive donde siempre se cultivó, y donde nunca debiera de cultivarse: el campo-campo. Pero ya sabemos cómo han sustituido éstos por los de fútbol; y por si era poco con falsos huertos, lo llamados urbanos. Los huertos, no son para la ciudad; como la ciudad, no es para el campo. Y de ganadería, ya lo vemos: ¡tiro  la cabra!
El Padre Báez.
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“... ¿hasta cuándo... buscaréis el engaño?...” (salmo 4).

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