sábado, 5 de diciembre de 2015

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Enfermedades de las cabras cuando no había tabaibas...
... partiendo del hecho que no soy veterinario, y desde lo que de pequeño y joven escuché a mi padre, la cabra se moría -estaba enferma- por dos razones: o por tetera, o por empanchada. Lo primero tenía que ver con el ubre (y a veces escapaba); y lo segundo, porque comida muy pesada y abundante en millo, en grano, afrecho, rala o lo que fuera, las hacía morir.
Me imagino, que le afectarían también infecciones, y la verdad, que las veías tan sanas y hermosas, y sin tiempo de darte cuenta amanecían muertas (y no el ataque de ningún perro asilvestrado o cosa parecida), creo que de muerte natural por cualquier cosa, pero en todo caso, esa muerte era una ruina, en dinero perdido, en leche que ya no había, y el queso otro tanto. Suponía, para la siempre escasa economía del campo, y más cuando como era uso y costumbre todo el mundo tenía familia numerosa, y así el drama de la muerte de una cabra, era una auténtica ruina. Y había que enterrarla, en la tierra, en medio de un cercado, que al sembrar lo que fuera, encima de donde se enterró el animal, la altura de lo allí nacido era el doble o más que del resto, dados los nutrientes de la cabra putrefacta, pues aún muerta seguía siendo rica y enriquecedora para los pobres de entonces. Y es caso, que la alimentación familiar se tambaleaba, no solo ya por la pérdida del animal -la vaca del pobre- sino que no siempre había dinero para reponer la muerta comprando otra, y en muchos casos, había que esperar a que la machorra, diera cría, y toda una alegría, cuando se la notaba que comenzaba a hacer ubre, anunciando así que no ha mucho tardar, daría cría y con ella lechita de nuevo. Y, viene al recuerdo estos relatos cabriles, capriles, cabrunos o cápricos, porque lo que entonces era una tragedia, ahora es un deporte: el cabildo las mata a través de unos españoles peninsulares, que es como si nosotros, los tabaiberos (antes canarios), fuéramos a la península de españa a matarles los linces y encima nos pagaran los del cabildo por ello, a no ser que alguien nos descubra, y ¡entonces sí que se forma la buena!, porque matar un animal endémico -como el ganado guanil- es más que delito, es lo  nunca visto. Y, que pasando el tiempo, lo que era un drama, y algo inimaginado -solo se mataba una cabra si ya vieja, no daba leche (¡y no había fuego -leña- que ablandara esa carne, que perecía más suela, que otra cosa-¡), pero que ahora te las maten, y maten las mejores, como que europa debe intervenir, toda vez hay un organismo europeo de Medio Ambiente, que debiera frenar al miedo ambiente de aquí, pues no solo son el terror de todo hombre que viva en el medio o campo, sino que acaba con la cabaña que deben proteger.
El Padre Báez, que bucólico, revive aquellos años, cuando la cabra era: considerada, estimada, apreciada, querida, buscada, mimada, cuidada, etc., etc. y ahora: las desprecian, las matan y ello además, impunemente; y usted, ¡no mate un perro, ni un gato, y mucho menos un lagarto!
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Es lo que me dice mi amigo Juan; a  ver, ¿quién me ayuda mandando estos correos a quienes deben llegar? Ya que limitado por mis ocupaciones, y no muy ducho en esos menesteres, ruego me ayuden a que esto se sepa en el mundo y se enteren autoridades del mundo, a ver si frenan y hacen desistir al cabildo de su propósito de acabar con la mejor cabra del mundo: la guanil (hagan resúmenes, usen mi nombre, y reenvíen o envíen mis comentarios a quienes puedan impedir esto se siga haciendo. Me lo piden a un servidor; se lo pido a ustedes, mis amigos. ¡Gracias!):
EXTENDER LA PROTESTA: Hoy Sábado, mientras escuchaba una radio a nivel nacional, de tipo agrario y ganadero, donde estos últimos se quejaban de las matanzas que los lobos hacían en sus ganados, me vino a la memoria la lucha titánica que usted mantiene para que cese el aniquilamiento de las cabras que aquí se han visto libre de los lobos de cuatro patas, “pero amigo”, no se libran de los que tienen dos patas.
No es que sirva de disculpa, pero el lobo mata para comer y alimentar a su “prole”, mientras el hombre lo hace por placer.
También es significativa la diferencia a la hora de enfrentarse con su oponente, porque mientras el lobo lo hace con astucia, pero corriendo tras su presa, el hombre lo hace cada vez a mayor distancia, debido a la modernidad de las armas, porque en otra cosa no se avanzará, pero en máquinas de matar, cada día sale una nueva, pero es que este avance se debe a que la gente lo adquiere enseguida, dejando como asunto de fantasía aquellas escopetas que debían ser cargadas con pólvora por el mismo lugar por el que salía la munición, siendo cosa de lujo el que disponía de la que llamaban “de dos caños”, ya que tenían una segunda oportunidad de abatir a su presa.    
El fin primordial de lo que aquí reflejo no es otro, si usted lo tiene a bien, el que este asunto no debe quedar en las islas, sino que el resto de España y el mundo se entere de lo que aquí pasa.
Ya sé que tienen como asunto actual, nada más y nada menos que la “descalificación” del Real Madrid de la “Copa del rey de fútbol”, que si me lo permite es lo más importante que ha sucedido después de la creación del mundo.
Y es que ya no nos paramos en lo que en realidad importa, porque como decía una señora en la radio, en una ocasión le dieron unas fatigas y se mantuvo aferrada a un muro hasta que se le pasó, mirando con pena como la gente iba y venía sin hacerle caso, pero las que miraban para ella la tomaban como una alcohólica o drogadicta.
Así, para concluir, desde la modestia le aconsejo que haga todo el ruido posible fuera de aquí, porque ya no queda otra y por intentarlo que no sea.

Al cabildo: “... ¿hasta cuándo buscarán el engaño?...” (salmo 4).

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