sábado, 5 de diciembre de 2015

abejas



Si al menos las abejas libaran tabaibas...
... tendríamos miel de tabaibas, pero, ¿qué café y leche o tortilla endulzaría dicha miel? La miel, la que uno -como se nos preguntaba, para la broma- la prefiere comprada antes que dada, por aquello de “miel-da”.  Y cuando ya casi sin cabras, y sin ovejas, tengamos abejas, que también por aquello de que ha desparecido la agricultura, en esa misma proporción desaparecen las abejas (hecho científico), con lo que recuperando ganadería, no nos faltaría la miel, la mejor -como en todo lo que produzca tierra nuestra- del mundo.
Pues que del “apis” latino, “abeja”, viene lo de api-cultura (o cultura de la abeja [toda un ciencia y arte, por más que analfabeto sea el apicultor]), un negocio -como el pastoreo y cultivador de lo que sea-, que viene a menos, por mor de un miedoambiente, que casi ni deja respirar al pobre hombre del campo, para amargándole la vida, espera abandone el terreno donde el cabildo matacabras plantar pinos (los mismos que jamás nunca ni una cabra mordisqueó, y de cuya acción las culpas, y de ahí la determinación -en base a una mentira- de acabar con ellas). Esperemos no la emprendan con las abejas, porque éstas por sí mismas, al faltarles el sostén de la agricultura desaparecerán por sí mismas, con lo que matando cabras, acabando con la agricultura, se terminará con la dulce miel (y no de caña, ni de azúcar), la miel-miel. Perderemos, como de las cabras sus balidos, las cabriolas de los baifos, la tradición, la economía del pobre, etc., -digo- acabaremos con el estupendo ejemplo que nos dan de laboriosidad, cantado en la Misa de la Resurrección, en la que el Cirio Pascual (representación de Cristo), confeccionado de la cera de la miel de abeja, es todo un ejemplo para el hombre. Desaparecerán las colmenas, como los corrales, y ya es hora de comenzar a frenar tanto despropósito, por parte del cabildo, que por medio del miedoambiente, nada deja hacer en el campo, y hasta por una colmena que pongas -conozco quien las tiene escondidas, para ver si se libra del control severo del seprona y del miedo citado del cabildo-; ¡que no te dejan hacer nada! Abejas, que lectoras del aura, nada hacen al que anda entre ellas, si es persona de bien y positivo; barbas hemos visto de abejas que se han colgado de las de un hombre. Pero, esto es harina (con las de hacer tortillas y luego untarlas con miel), de otro costal; que si vengo con las abejas, es que ya casi sin ovejas, al menos que tengamos abejas, pero sin agricultura, ni unas, ni otras. ¡Otro oficio que desaparece, al estar en manos de ancianos por encima de los ochenta!, y mientras como que nada importa esto sea así; y te programan cursos, y no te ponen a ningún joven junto, al lado, detrás de estos sabios, que se nos mueren y se entierran con ellos tanta sabiduría.
El Padre Báez, que siempre que puede, en lugar de azúcar, endulza su desayuno, con la rica miel de nuestras ya escasas abejas.
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·       Muy, muy de tener en cuenta (en parte ya hecho):
Manifiesto: Stop a la matanza del ganado guanil (Juan Francisco Ramírez, abogado):
Padre Báez, antes que nada desearle buena salud. A renglón seguido, y en referencia a la vil caza del ganado guanil, se me ocurre una pregunta: ¿Dónde se hallan los defensores de la naturaleza y de los animales? ¿Por qué, no alzan y unen sus voces con la del Padre Báez, contra la matanza de las jairas guaniles Guanches? Dicho lo anterior, y, dado que los que mandan por acá, presuntamente, no tienen intención de atender su razonable y justa petición de poner freno a la absurda matanza de las jairas; permítame hacerle una propuesta, redacte un manifestó a favor de las jairas y baifos guanches, firmado por todo canario de bien, y se lo remite al Parlamento Europeo, y copia a todos los consulados de los diferentes países con sede en Canarias, pidiéndoles que medien para poner fin a tan cruenta, absurda y vil matanza de unos animales (cabras, baifos y cabrones), que en los riscos a nadie hacen mal; es más, adornan y dan vida a nuestras cumbres isleñas. Puede que el manifiesto no pare inmediatamente la matanza de las jairas, pero al menos servirá para dar a conocer a la comunidad internacional unos hechos, que de seguro la soliviantarán ante tamaña cruenta necedad.

Si a bien lo considera, y en lo que a mi humilde saber corresponda, hágame saber en qué puedo colaborar con Ud., Quede con Dios, y mis mejores deseos.

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