domingo, 13 de diciembre de 2015

comer



Comeremos tabaibas...
... tontamente creyeron la industria de la construcción era nuestra salvación, y ha sido la madre de la crisis; pues por ella se abandonó el campo (el sector primario [agricultura y ganadería], y ahora ninguna de las tres. Y a peor. Pues, el turismo nos deja su detritus y basuras. No tenemos nada. Y la crisis, no se va. Se ha asentado, y crece. Y ahora, ni economía, ni políticos. Y, en el horizonte, ¿la democracia?
¿Qué conservamos? ¡Vaya panorama! Todo en declive. Nada de innovación. ¿Dónde una empresa?, ¿qué se gesta? Y de reforma agraria, nada de nada. ¿Algún proyecto?  No se hace nada. Nada cambia. Ningún compromiso político. Los morales -por supuesto- en las horas más bajas de toda la Historia. Nada nace; todo muere. Libertad de pensamiento, ya no existe. Los han comprado a todos. ¿En qué y en dónde se invierte?, ¿alguna operación (¡y no de quirófano!)? Se vacían las mesas (las despensas). ¡Si al menos se sembrara cebada! Sobre la situación política mejor no hablar (para no faltar). Son los nuestros, momentos muy difíciles. Vivimos en un puro desconcierto. La situación es muy difícil (bis). ¡Y si al menos hubiera imaginación! Lo que si hay y tenemos, es mucho miedo. Nos invaden. Nos ocupan. ¿Dónde y en qué un empresario? Y, ¿quiénes son los que entran en política? Compañías, sí; ¡extranjeras! La situación social, política, económica, ¿cómo se encuentra? ¡Si al menos escucharan a la teología! Con las sabidas actitudes políticas, sin aprecio a la Religión (católica, por supuesto), y sin trabajo, ¿cabe no llamar a todo esto fatalismo? El terreno, se nos vuelve cada vez más salvaje, todo se puebla de tabaibas, retamas, cañas, zarzas..., el agua no riega ya surcos, tampoco sembrados. Estanque no hay, pues, ¿para qué? ¿Qué se recupera del pasado?, y es, ¡el único futuro posible! No hay otro. ¿Qué otro sendero seguir? En los viveros, plantan pinos. De ellos arbolan la isla. Esto, se hace inacabable. Sí, muchos árboles, desnudos de frutos. Esto, se parece a un mundo de ficción, pero es real. Y en estos trances, ¿qué optimismo cabe? La selva, se nos vuelve muy oscura, sin luz de salida. La tierra (antes con ganados), se cubre de maleza (“basuras”, dicen los pocos y ancianos pastores que quedan). Y hablando de pastores, el cabildo le mata las cabras, pues ¡eso comeremos leche y queso de tabaibas!..
El Padre Báez.
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“... no hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias...” (Juan el Bautista: Lc. 3, 10-18).

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