domingo, 6 de diciembre de 2015

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El cabildo matacabras mató más que cabras...
... si mató cabras, hay que pensar dejó sin leche a las crías o baifitos de esas cabras, pues no en vano, están en la época de parir, y esos baifitos, sin leche que mamar de sus madres, habrán muerto de hambre, o languidecen moribundos, después de larga agonía. Piénsese que al ser cabras libres y bien alimentadas (y no precisamente de pinos ni de ningún endemismo, que eso es mentira), las cabras guaniles paren hasta tres y cuatro baifos, pongamos término medio dos, con lo que si han matado cien (100) cabras, habrán muerto de hambre como mínimo doscientos baifitos, que después de largo sufrimiento, habrán fallecido o muerto.
Pero, es que no acaba ahí la matanza criminal y asesina de quienes impunemente maltratan a los animales -más allá de los tiros- piénsese en las cabras que no han matado, y han quedado heridas, o si lo prefieren inválidas, cojas, mancas, y así rengueando por esos riscos, sufriendo hasta morir de infección con esas heridas de rifles que no acabaron con sus vidas, sino con una muerte posterior como consecuencias de esos fallos de los tiros, pues no siempre se acierta en el blanco y menos a esas distancias, toda vez que una cabra guanil, no deja acercarse a ellas a nadie, con lo que los disparos tienen que haber sido de más allá de cien metros con lo cual la puntería ahí, por mucha precisión, siempre se falla, con lo que previsiblemente han sido más las heridas -que habrán muerto unas sí y otras siguen sufriendo- algo que está penado y castigado por ley, maltratar a un animal y hacerlo sufrir; pero, es que no acaba aquí, con lo dicho esta carnicería asesina del cabildo, que al matar las cabras que ha matado, hay que pensar en buena lógica, cuántas cabras estaban preñadas, con lo que matando a las preñadas morían con ella las crías o baifitos por nacer, con lo que más allá del número de cabras muertas, están el de las crías por dos en sus panzas; pero sigue la sangre cayendo, y animales sufriendo -sin que el seprona ni miedo ambiente o policía alguna, haya multado al cabildo en sus representantes, por maltrato a tantos animales, porque esos machos sin las cabras, también sufren un mal trato, al faltarles la pareja con la que se les ve inseparables -más allá de las heridas-. Así que, si sumamos, y nos quedamos cortos, detrás de cien (100) cabras asesinadas o matadas por el cabildo pueden haber unos quinientos (500) ejemplares, bien sea de cabras heridas, crías por nacer igualmente matadas con sus madres, también los baifos nacidos que quedan sin poder mamar y habrán muerto en número doble que sus madres (no se olvide los por nacer, igualmente fusilados), y por supuesto el sufrimiento de unos machos, también algunos heridos, y ahora sin parejas. Es decir, es mucho, y que uno sepa, ningún castigo o multa a quienes han proferido y siguen profiriendo a tantos animales muerte y sufrimiento (maltrato), pongo como término medio una quinientas (500) cabezas asesinadas; y sufriendo, ¡ni se sabe! Ya pudiera el cabildo que en helicópteros pasea a tanto gandul por los aires llevando pinos por entre nubes para plantarlos en lugares donde las cabras, en sus riscos (lugares marmóreos, pétreos, ferrugientos, y de malpaís, donde un pino si pega es milagro de canonización al santo que lo plante) que hagan pasadas en helicópteros y recoja animales sufriendo (sean adultos o baifitos, cabras y machos) y los pongan en manos de veterinarios y granjas afines a su medio, para que una vez curados y alimentados los baifitos sin madres que aún vivan, una vez recuperados y sanos, sean devueltos a su medio: los riscos donde no se debe plantar nada por no pegar o prender en esos lugares nada sino lo que comen los guaniles y no precisamente nada endémico, como balos, tajinastes, tabaibas, cerrillos, etc., ¡si conoceré bien, después de 36 veranos de campamentos juveniles en el macizo del noroeste de las isla justo en el corazón de la fauna guanil!. Pero, mientras tengamos goles y fútbol en las cabezas, el cabildo seguirá impunemente matando cabras, sin que este pueblo drogado reaccione. Pues si matan cabras, nos matarán de hambre, matan nuestra Historia, matan nuestra identidad, matan..., matan..., matan.... ¡cabildo asesino (este “cabildo” hay que escribirlo siempre con minúscula)! Un cabildo matacabras, jamás debe ser escrito con mayúscula. ¡Al menos se tenga esto en cuenta!
El Padre Báez, que suma cabras asesinadas y no le cuadran con las cifras falsas que dan, son como mínimo el quíntuple (en esta ocasión, término medio, unas quinientas [500]).

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