miércoles, 16 de diciembre de 2015

patrimonio

Sin patrimonio, sin agricultura, sin ganadería...
... ¿qué tenemos? Sobre lo primero, ahí lo tienen, en Madrid, la “pieza” más valiosa del reino de españa, del Tabaibal, allá, cual si una cerámica fuera, y no un individuo, si bien en sus despojos, sin que político alguno se comprometa devolverlo a su hogar, a su casa, a su isla, a su tierra, a los suyos que conservan la misma morfología, este guanche en manos extrañas, como se puede apreciar en la foto, que en cuanto al sector primario, en boca de los candidatos varios y múltiples, distintos y distante, ¡ni uno ha pronunciado -hasta el presente- más allá o acá de debates televisivos, las palabras: pastor, cultivo, cual si ganadería y agricultura, fueran palabras malditas,  vendiéndonos y atándonos a la globalización, sin que de lo local, pueda salir un chorro leche de cabra alguna - el cabildo las matan- y ni un saco de papas pueda producir la mejor tierra y el mejor clima del mundo!
Que para sacarnos o salir de la crisis, no ven la tierra esperando sudor y trabajo, ni del ganado ven salidas y puestos de trabajo miles, que ciegos y cual si de otras galaxias bajaran y desconocieran la tierra, no la ven para la agricultura y la ganadería, como así fue desde el principio del mundo y buen ejemplo de ello nos dejaron los guanches, entre los que cuento al que vi en persona en el Antropológico de Madrid, ahora cambiado de residencia, olvidando los españoles, que es Tenerife y no Madrid, donde debe estar. Que en programa político algunos, prometiendo miles de puestos de trabajo, no haya uno solo que mire al campo, a la tierra y nos diga que el sector primario -única FUENTE laboral- nos daría trabajo, comida y nos sacaría de la crisis, es como para no ir a votar, salvo que se considere al que lo haga un subnormal, un vendido, un traidor. Porque que te dejes engañar, con mentiras como las que de la soberanía energética vamos a tener empleos, que volver a la construcción nos va a sacar de la crisis,  que de proteger el miedoambiente vamos a tener trabajo, que el mercado laboral pasa por dignificar a las mujeres, pero ¿es que están locos?, ¿de qué hablan?, ¿es que no ven la tierra vacía, los establos y corrales vacíos, que el cabildo no te deja tocar la tierra y si lo haces te muelen a multas? ¡Oh, si los guanches despertaran, y el de la foto saliera de la urna de cristal!, ¡nos darían palos de muerte, por haber dejado morir las únicas que nos darían vida: la agricultura y la ganadería! Pero, si no hacen caso a un vivo, ¿se lo van a hacer a un muerto? ¡Ni siquiera se preocupan de recuperarlo!, y en lugar de enseñárselos en españa a los turistas, ¿por qué no nosotros, que es de los nuestros, de nuestra raza y condición?! Él fue pastor y agricultor, se lo juro por Dios, ¡ya debiéramos imitarlo! Y dicho sea de paso, era pelirrojo-rubio, con pecas; y, ¡aunque no se aprecia en la foto!, que verlo al natural -y con cámara oculta hasta lo fotografié, a pesar de los cinco seguritas a la puerta de la sala vigilándome-. ¿Pues, no fui ex profeso a visitarlo (testigos de esto que digo y sigue: Juan Santana Alonso y Adolfo Santana, de la entonces Televalsequillo)? Y toda vez que la directora no me dejó grabarlo, le retiré mi libro regalado previamente, al no considerarla digna de mi regalo, dejándola de piedra, ante el gesto y mis palabras de reproche.
El Padre Báez, que defiende a los tres: arqueología, agricultura y ganadería, y ello por dignidad, por esencia, por Historia, por moral, por parentesco, por principios, por opción política..., ¡porque me sale del fondo del alma (iba a poner otra palabra, pero cambié)!

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