sábado, 2 de abril de 2016

secreto

Les descubro un secreto...
... el cabildo, en verdad, no quiere acabar con las cabras libres; ellos saben eso es un imposible; saben, que como mucho, los cinco francotiradores andaluces, por individuo, es casi impensable que abatan cada uno solo una y a lo sumo -si es que lo consiguen- dos, con lo cual en dos semanas y a ese ritmo, como mucho unas sesentas cabras (que ni llegan si quitamos Domingos de por medio, y días de comienzo),
pero quedarían vivas el triple, con lo que las cabras libres -algo reducidas- van a seguir donde siempre, pero ellos ya tienen el justificante para Bruselas de que han cumplido, y reciben los 500.000,00 €, con los que después no forestarán nada, como es lo común, que hacen el paripé, pero de forestación nada de nada, todo seguirá igual. Pasa, que esto no se atreven a decirlo, no sea Bruselas se entere de la comedia o el engaño que les hacen mintiendo, y no les envíen el dinero; pero la verdad, es que: el cabildo no quiere matar las cabras, porque cabras vamos a seguir teniendo en el Macizo del Noroeste (casi media isla), de por vida, como siempre así fue y será. Lo que sucede es que nosotros no debemos permitir la matanza de estas setenta o las que sean, porque la mentira nunca tiene justificación, y menos el robo a Bruselas, y porque incluso la vida de esas aproximadamente setenta cabras que nos maten, no lo vamos a permitir, porque con el derecho a la vida de los animales, y contra la ley de maltrato animal, no debemos transigir. Por tanto, sigamos alzados, evitando la matanza de este -por más que no sea- sino un tercio de las cabras libres. Las queremos vivas todas, y no queremos dinero robado a Bruselas, para el reparto de amigotes, y para fingir que han plantado -precisamente por donde no pueden acceder, ni para matar las cabras, ¿y van a subir a plantar y a regar allí?-. Mienten a Bruselas, y matan un tercio de nuestras cabras para que les envíen el dinero, culpando a las cabras, y diciendo -falso- las cabras se comen lo que ellos -el cabildo- planta o hacen que plantan, pues todo lo que plantan lo dejan secar, como les mostraré en la misma capital, en próximo programa de televisión con el nombre de “El Padre Báez (Mírame Tv-Canal 7)”, que iré a mostrarles la “forestación” en el Confital y aledaños de La Isleta, nada pegado y todo plantado y todo seco, justo lo que pretenden hacer donde del todo es imposible dada la orografía propia del Macizo del Noroeste, nada prenda o pegue, por más que hagan el paripé de una plantación, pues será como plantar en el desierto (o peor).
El Padre Báez, que pide al pueblo, no permita un solo tiro, y que se gane el cabildo el dinero honradamente cultivando la tierra y cuidando ganado y no matando cabras para engañar a Bruselas. Ya sabemos cómo proceder para evitar no caiga sin vida, ni una sola cabra: todo es cuestión de acompañarles y estorbar en el disparo, haciendo barrera o cordón, interponiéndonos entre las cabras y los matones andaluces -inocentes ellos, pues son trabajadores contratados- pagados por el cabildo, con nuestro dinero.
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“... no puedo menos de contar lo que he visto y oído...” (Hch. 4, 13-21). / “... viviré, para contar...” (salmo 117). / “... y les echo en cara... y lo anuncio...” (Mc. 16, 9-15).

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