domingo, 3 de abril de 2016

futuro

Futuro sin cabras...
... incierto y preocupante, y tanto, que si no fuera por el carnaval que los mantiene fuera de sí, como drogados o zombis, este pueblo y masa en paro, pudiera estallar en revueltas sociales de imprevisibles resultados, y encima el cabildo las matan (a las cabras), y el pueblo en paro, pasando hambre, ¡eso sí con caretas, como si no fueran ellos, sino encarnando personajes de fantasías, que se alimentan del aire! Que todas las noches, sean carnaval, es como para preocuparse, y da la impresión que no pasa nada o que no se enteran (y es lo que tienen tramado políticamente).
La cosa es de alarma. El paro crece, el hambre también. Esto, se derrumba. Esto debe pararse ya. El pueblo no puede estar de máscara todo el año, hay que quitarse el disfraz, y empezar a trabajar o a estudiar. Nuestros políticos parecen cómodos en medio de esta situación, como si no fuera con ellos. Nadie protesta, nadie se manifiesta. El cabildo mata las cabras, ¡y no pasa nada! Ya en otros lugares, hubiera habido una revuelta o revolución, pero drogados como los tienen, como que no se enteran. No hay rebeldía. La democracia se vuelve tiranía o/y dictadura. Nada cambia, todo sigue igual, y a peor. Se ataca a la moral, a los principios, a los valores... solo ven turismo, pero nada de agricultura-agricultura, ni ganadería, como no sea la de perros. Así vea los ojos de Dios, en una casa tienen 11 perros grandes, cada semana se comen dos sacos de piensos (me regalaban uno, y dije: “¡ni loco!”). El negocio de los perros, es rentable para veterinarios y vendedores de comida para ellos (en lugar de cabras). Ya sin mercado propio; todo de fuera. Perdemos estabilidad. El mundo que estamos dejando para los que vienen detrás, no es mundo, sino un infierno. Se palpa la inestabilidad...
El Padre Báez, que lucha internamente para no caer en el pesimismo, y quedarse en el análisis frío de la realidad, ocultado con tanto y por tantos. Estamos en democracia, sí; pero, esto no mejora. Aumenta el desempleo; no hay oportunidades; la masa está en paro, discuten de fútbol, y ensayan canciones las murgas y comparsas... y es para lo único que se echan a la calle, una generación, que llaman perdida, a la que no se le abre el campo, se lo tienen vetado (menos los de fútbol), y es la única salida airosa de la crisis que padecemos; pero, ¿y hasta cuándo? Pues, los matones, cargan sus rifles y se disponen -si este pueblo lo permite- a dejarnos sin cabras, y todo para engañar a Bruselas, luego plantan algo, lo justifican y al no pegar nada, dirán: las cabras -en lugar del sol y la falta de riego- se los han comida, pero ellos -los del cabildo- se habrán guardado y repartido 500.000,00 €. y los 40.000,00 € a los andaluces, eso es pecata minuta. Luego, ni cedros, ni cabras, sino dinerito en los bolsillos y entre amigos (incluidos los de los helicópteros y otros, de mangueras, agua, y material de escalada, etc.).

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