jueves, 28 de abril de 2016

reflexión sobre...

Reflexión sobre las cabras y nosotros...
... somos inteligentes y no somos como las cabras, somos malos, ruines, dañinos. No estamos en la isla, en esta tierra, para acabar con las cabras, acabar con ellas. No podemos acabar con las cabras, ellas están en nuestras manos, les quitamos su tierra. Las cabras, las cabras, no son nuestras; debemos cuidarlas, esa es nuestra obligación moral; ellas llegaron a eta isla, a esta tierra, y están aquí antes que nosotros; ellas, estaban antes que nosotros; el cabildo quiere invadir su territorio, les quiere romper su territorio, romperles su hogar, su hábitat.
El cabildo ignora la labor biodiverificadora de las cabras; ignora su reducido número, que las eleva a la categoría de endémicas, y las quiere matar,  nos las matan. Los del cabildo son como perros atacadores de cabras, son sus enemigos, y las atacan, las matan. El cabildo las quiere eliminar, desaparecer, exterminar. La isla y sus cabras, no son del cabildo, no es el dueño de las cabras, tampoco de la isla; eliminan lo que es nuestro, las eliminan de nuestro mundo, de nuestra isla. El pueblo debe salvarlas y hacer lo que haga falta para conseguirlo; las cabras son nuestras. La isla es también de ellas; tienen que seguir con nosotros. Las pobres cabras no pueden hacer nada para librarse de los tiradores de rifles, que las eliminan, las destruyen, las desaparecen, acaban con ellas, eliminándolas. El cabildo destruye la isla, desaparece especies, animales, vegetales. Toda la isla y lo que hay en ella es nuestra, pero también de ellas; ellas nos ofertan con maravillosos espectáculos, cabriolas, pase, saltos... Merecen seguir donde siempre han estado; merecen ser aceptadas, respetadas, salvadas. No hay razón alguna para destruirlas, desaparecerlas, acabar con ellas, matarlas. Nacimos con ellas, hemos vivido con ellas,  con ellas debemos seguir. No somos sus dueños, no podemos dominarlas. Lo gritamos a los cuatro vientos. Vivamos con ellas, no nos molestan; coexistamos con ellas, no nos causan ningún daño. No debemos callar; con las cabras morimos también nosotros, con ellas nos matan también, nos quitan el privilegio de decidir, de razonar, de razonar, Cambie el cabildo esa sentencia de muerte que pesa sobre las cabras. Cara le puede salir esta decisión de matarlas. Se equivocan al matarlas, no hacen bien. Sin las cabras, la isla ya no será la de antes, no será la misma. El futuro demandará responsabilidades, la isla no puede estar en las manos de dos individuos (no digo señores), sino en la de todos, en las manos de todos, de todos -menos dos-; la isla toda pide no maten las cabras. Piensen, razonen, no dominen; lleguemos a sus corazones, al de los dos. Hagan lo que les pedimos, lo que pedimos a gritos: debemos coexistir ellas y nosotros; cambian de decisión revoquen lo decidido; les recordamos que se equivocan.  Ya la isla no  será lo mismo. Sabemos lo que hay que hacer; el futuro de la isla está en nuestras manos, somos ellas, Debemos coexistir: cabras y nosotros., El futuro de las cabras está en nuestras manos, somos las cabras. Nadie quede -nadie queda- indiferente ante esta masacre y genocidio...
El Padre Báez...
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Del amigo y hermano en el sacerdocio Don Francisco Martel:
Fernando, que la paz del gran Maestro Jesús te dé fuerzas y serenidad en defensa de todo lo que debemos conservar día a día de nuestra tierra. Deseo que la voz del pueblo se oiga en las alturas y que ellos en diálogo busquen alternativas y que se luche para mantener lo que es mejor para nuestra tierra canaria y lo que forma parte de su Historia. Abrazos: Paco Martel. 
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“... no vacilaré jamás... desconcertado...” (salmo 19). / “... mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día...” (salmo 31). / “... se encolerizaron la gente... arruinaron la tierra...” (Ap.11, 17-18; 12, 10b-12a). / “... los señores de la tierra no me satisfacen... corrupción...” (salmo 15).

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