martes, 28 de junio de 2011

SIGAMOS CON LA RELIGIÓN...

   
 
    Sigamos con la religión o/y religiosidad de los guanches; añadamos, que: su visión de la Creación, coincide con la del Génesis, según la cual, Dios creó el cielo, la tierra, el agua, el sol, al hombre, animales, los alimentos, etc. y sobretodo, los hizo (a los hombres), libres. No les faltaban a los guanches, lugares sagrados, como rocas, riscos, altares, donde rezaban y daban culto a Dios, con restos de ofrendas animales del mundo hebreo, del cual eran deficitario en una primera etapa.
 
    En cuanto al culto, hay que decir (resumiendo mucho), que por medio del mismo, se relacionaban con Dios, se acercan al mundo de los patriarcas, por cuanto venimos diciendo, y es que, pedían y oraban pidiendo al dador de todo bien, en oraciones en las que hasta se hacían acompañar de los animales con sus balidos (de ahí los “baladeros” [que no “bailaderos”]). Tal era la confianza en Dios, que les escuchaba y atendía. A tal fin había un jerarca encargado de dirigir estas acciones para con Dios, o intermediarios. No dudaban en la mejor tradición bíblica, bailar y danzar en torno a sus altares, cantando y rezando (que en decir del santo común en raza San Agustín: “el que canta, reza dos veces”).
 
    Ofrecían leche y manteca, según islas y rituales propios, y el gesto de Moisés de levantar los brazos al cielo, les era también similar. Sabemos por las crónicas, que el lavado de los recién nacidos era más un bautismo cristiano, que pura higiene del neófito. respetaban tanto el parentesco carnal, que con ellos se abstenían de matrimonio, en bastante distancia sanguínea. Todo ello, reminiscencias de donde venían y sabían. No debemos olvidar en todo este hacer la Faycán, que ostentaba el otro poder (el espiritual), y bajo cuya dirección estaban las harimaguadas (las vírgenes consagradas a Dios y a la enseñanza). La isla está cargada de distintos almogarenes donde se reunían cuales templos modernos o de la cristiandad, con el culto diario semejante. Igualmente salpicados en lugares altos, nos encontramos santuarios diversos, con sus altares, como en Los Hogarzales (ver foto), hacia donde iban en procesión y rogativas, con gran expresividad de gestos u oración con el cuerpo (sobra decir, por sabido, los golpes con ramas al mar, pidiendo el agua en tiempos de sequía, con la confianza ciega de ser escuchados y atendidos por Dios).
 
    Practicaban también el ayuno, que como cosa sabida, es del mundo bíblico de donde bebieron la fe que practicaban.
 
    Y si en algo los guanches, manifiestan su fe, es precisamente en los ritos funerarios manifestando en ellos, la fe que profesaban o sus creencias, en las que la inmortalidad del alma, no les era desconocida, y en ello; lo embalsamamientos, con acompañamiento de sus pertenencias o/y comida para el “viaje”, hacia el más allá en el que creían: en la otra vida...
 
    El Padre Báez, que les sigue acompañando en este viaje al mundo verdadero de los guanches, sin prejuicios y sin repeticiones absurdas e ingenuas, en una fe ciega en mentiras y ocultamientos.

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