lunes, 27 de junio de 2011

LO QUE REALMENTE....

   
 
    Lo que realmente sorprende de los guanches, es la religión que poseen o tienen, sin que en ninguna otra cultura histórica, el fenómeno religioso, sea como el nuestro. Ya hemos adelantado algo sobre todo esto, de forma pasajera, y dejando caer pequeñas porciones, para no indigestar a los que desconociendo la realidad, pudieran no entenderla así de ramplón. Pero, analizando más despacio el asunto, ese culmen religioso tiene una explicación, y es que no eran ajenos al mundo cristiano, cuya fe es la que profesan, si bien como también sabemos son deficitarios del mundo bíblico o hebreo, en gran medida también.
 
    De entrada, el monoteísmo practicado, bien contrario a otros grupos de parecidas característica, ya es una primera nota que sorprende; altares hay por todas partes, donde tributan un culto, semejante al de las religiones citadas. No se olvide que el trasiego de marineros y otros por estas islas era algo frecuente, y traían las buenas nuevas de una religión, que llegaba a su plenitud, de la que los guanches, no quedaban al margen (como tendremos ocasión de ver y demostrar). Digamos antes de seguir, que entre los guanches, se desconoce la idolatría, por tanto (algo irreconciliable, viniendo de donde vienen, y siendo herederos y portadores, del nuevo credo).   
 
    La leche, era el líquido de sus ofrendas, al no tener vino; y, el sol era la imagen más real de Dios en su inmenso poder, que todo lo sostiene, y veían en él (Magec), el reflejo de la divinidad o poder de Acorán, como llamaban a Dios (de igual manera lo hizo San Francisco de Asís, con su hermoso “cántico al hermano sol”).
 
    Pero, volvamos al Dios único (no digo “dios” único, sino el mismo  único Dios, que los castellanos y otros. Digamos también, que a pesar de distintas las islas, en cuanto  a la religión, no hay grandes diferencias, sino matices. Y así, de forma semejante o similar, sinónimos de Dios son: Dios del Cielo, el Conservador, el Excelso, el Grande, el que Sostiene el mundo, el Sustentador del cielo y tierra, etc., dándole el significado de omnipotente y misericordioso, como miles de veces aparece así en los salmos (compuestos mil años antes  de Cristo), y más parece repetir lo que dice la Biblia, que otra cosa diferente o distinta.
 
    Sabiduría la de los guanches, al tratar así a Dios, que sorprende que cuando tienen un mayor conocimiento de la Virgen, no dudan en llamarla -en su idioma- la madre del que lo Sostiene todo, o la madre del Sustentador de cielo y tierra.
 
    Solo adoran a Dios, y a la Virgen la veneran.
 
    De sobra es conocido el conocimiento que tenían de la existencia del diablo, como también la del infierno (todo esto, no podía venir, sino de las raíces comunes, que estamos develando tenían (tenemos)...
 
    El Padre Báez, que les va a seguir descubriendo la religión de los guanches.

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