miércoles, 15 de junio de 2011

    (277): PASARELAS EN ARQUEOLOGÍA

    Por supuesto, y que sí: pasarelas o caminos por entre un yacimiento, para que eviten el deterioro, con ellos o sin ellos. Veamos: hay que hacer algún sendero, camino, o paso, por entre el yacimiento (eso: ¡si no existe de tierra y el mismo dejado por los autores del yacimiento, que lógicamente, no accedían a él por helicópteros!), pero, vengamos más despacio. No siempre son necesarias, ni se justifican. En muchos casos -y venimos al que nos ocupa: el mundo guanche- los mismos dejaron caminos, escaleras o rampas, para acceder y transitar ya sea en poblaos, cuevas, necrópolis, etc.

    Siempre que se acometa una de estas pasarelas, se justifican solamente por el hecho de proteger y tratar de evitar se deteriore el recinto arqueológico en cuestión, donde para el que visita el yacimiento a veces -¡muy contadas!- hace falta un camino o sendero; pero, de ahí, a un trazado cual una moderna ciudad donde hay calles, plazas, avenidas, etc., ¡es una pasada! Y más pesada, si es que me las hacen de hierro, y ello sin venir a cuento, cuando debajo del mismo hay caminos, o para ponerlo, se cargaron gran parte del yacimiento, como podemos ver en tantos sitios que ya sobran hasta citar, pues están en todos. 

    Por otra parte, dada la escasísima afluencia de personas a los yacimientos, en ningún caso se justifican esas planchas de hierro formando no ya senderos y caminos, sino auténticas carreteras o caminos de hierro, por donde nadie pasa, y que de no estar las susodichas y oxidantes planchas, todo el mundo, sin dificultad, podría pasar por debajo de ellas, sin el menor peligro (¡el peligro es ahora, caminar sobre esas planchas [muchos lo hacen paralelo a las planchas, rehuyéndolas, por el peligro que conllevan]). Es decir: no son seguras, son un peligro.

    Pues, que no tenemos desniveles, ni lugares de resbalar, ni nadie se va a perder. Pero, está por ver qué se esconde detrás de esas famosas planchas, con qué intención o razón y motivo..., ¿quién hace esos esquemas?, ¿a quién beneficia?, ¿qué dineros en ello?, ¿a qué empresas va ese dinero?, ¿quiénes son?, etc.
 
    El padre Báez, que ante el silencio sobre este tema, vuelve sobre el mismo -muy a pesar mío, porque me he propuesto no repetirme-, pero como veo que la cosa sigue, que no los quitan y en el peor de los casos los van a seguir poniendo, digo y repito, que: sobran esos caminos para acceder a una zona arqueológica, que se trata de gastos injustificados, y empeora o dañan al yacimiento, que ya los tienen en el 99,99 % (se justifica, algún tipo de escalera, para entrar en la Cueva del Rey, por ejemplo, pero no carreteras y avenidas, con ramales y explanadas, etc.). Por favor, por el bien de nuestro patrimonio, no se proyecte más, caminos de hierro, ni de piedras (¡estos, son peores todavía!).

 

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