Pero antes lo dijo un servidor; pasa, que como uno no ha sido banquero, pues como que no se han enterado y si sí, que no me hacen caso, pero lo que este Mario Conde, ha venido a decir -entre otras cosas- a esta isla gran tabaibera, es lo que viene uno diciendo la friolera de muchos años. Que ya está bien de importar todo lo que comemos y comen los animales, que esa es nuestra ruina y la causa del paro y del hambre, pues que lo que ha dicho Mario Conde, ha sido y es lo siguiente (lo mismo -repito- que de otra forma y mil maneras he dicho yo -un servidor- antes, muchos años ha): “...la exportación agrícola debería recuperarse para fortalecer la estructura económica...”. Pues, ¿qué quieren que les diga?, para mí, que venga un gallego a decirme lo que tengo que hacer, como que no me molesta, pero no hacía falta. Pues, al tal Mario, de mi cuento, habría que decirle -se quedó corto- que antes de exportar, hay que producir, pues ya lo dice el refrán, nadie da lo que no tiene, no se exporta lo que no se cultiva; por eso, antes de exportar nada, hay que sembrar algo, plantar algo (¡pero no pinos, que la pinocha no se exporta, sino que se la come muy bien el fuego! [¡vamos los incendios!]). Que el ex-banquero y empresario Mario Conde, nos da pistas para salir de la crisis, es de agradecer, pero que a 300 empresarios tabaiberos, no se les hayan ocurrido lo que vino a decir éste, es como tener un buen retrato de nuestros empresarios, que solo saben arruinarnos más aún si cabe, con sus importaciones. ¡Ah malandrines!, por no decirles: ¡ah cabrones!, que -como dijera el otro: ¡manda guevos!, que tenga que venir alguien de fuera para decirnos volvamos a la agricultura, y que es ella la que nos saca de la miseria, hambre y suicidios, es más que grave. Se trata de una sociedad -la tabaibera- que ciega, no ve lo que ve el que viene de fuera, a decirnos que hemos retrocedido en la exportación agrícola al no producir nada. Y justo lo que también ha dicho un servidor hasta la saciedad, que están como monas saltando de contento por el incremento del turismo, sin darse cuenta esto es momentáneo, ocasional, y puntual, habida cuenta de las revueltas sociales en el norte de África, justo cuando ya se normaliza y el turismo retoma sus caminos hacia esa zona del continente al que pertenecemos geográficamente, y nos quedaremos sin turismo -¡ya mismo!-, y sin agricultura, y con mucha ganadería en cuanto a animales de todo tipo de compañía, incluidas las serpientes, pero más que nada perros y perras, perritos y perrazos, que aparte la mierda que lo ensucian todo, no dan nada -salvo consuelo a sus amas-, según me contaba mi madre, q.e.p.d.; pero, la perla del famoso abogado y ex-preso, fue que dijo, lo que un servidor escribiría con letras de oro, y es lo siguiente: “SE SALE (de la crisis) CON UN AUTÉNTICO ESFUERZO Y NO SI NOS SENTAMOS A ESPERAR”. Justo lo que nos pasa: de esfuerzo, ¡nada de nada! Que trabajen otros, para comprarle la comida nosotros y poder comer en lugar de plantar y sembrar nosotros; y por otro lado, esperando a los turistas -que ya no van a venir, que aunque vinieran, no nos van a sacar de la miseria, pobreza, hambre y suicidios cada día más y hasta en un solo día hasta cuatro ahorcados y que los medios tienen prohibido decirlo, para que no se les imite y copie-. Nosotros esperando, de brazos cruzados, a que nos den dinero para comer, yendo a Cáritas, al tiempo que atacan a la Iglesia, a la mano que te da de comer, y viviendo como la cigarra de carnaval en carnaval, sin dar golpe. Y el campo, muerto de risa, esperando quien lo aren, los surquen, los planten, lo siembren, y las alpendres vacías esperando oír el mugido de las becerros, pretendiendo novias.
El Padre Báez, que sin ser Mario Conde, viene diciendo lo mismo desde hace muchos años, y a ver si por la personalidad del conferenciante, se le hace caso, y comenzamos a suprimir el Medio Ambiente, para que pueda volver la agricultura y la ganadería, porque de lo contrario como no exportemos retamas y escobones, no creo nada más podamos exportar (¡bueno tabaibas por un tubo, y pinocha cantidad!).
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