martes, 7 de junio de 2011

(269): LO QUE NO SE DEBE HACER EN ARQUEOLOGÍA

   
 
    Convertir un yacimiento en un negocio sin previos cálculos, y en ello un cuarto de siglo, para que luego sea una ruina y fracaso, al margen el pozo de dinero tirado en balde y encima el estado lamentable en el que terminan o concluyen dicha obra, que cada vez el viento sopla fuerte, hay que salir del lugar, y después ¡a reconstruir! Pongamos que hablo de La Cueva Rayada de Gáldar.
 
    Y es que creyeron, no había otra cosa en arqueología, sino esa dichosa cueva, que fue lugar de escondite y retrete. Y, que por arte de magia, lo convierten en un parque. ¿Qué parque? ¡Parque Arqueológico! La cosa esa no funcionó nunca, y puesto que es una ruina, y en época de vacas flacas, al depender del cabildoplantapinos, como allí había plataneras, si no plantan pinos no ayuda, pues ¡ya está!, que se cae a cachos y los dineros no llegan; ¿es que creían iba a ser un pozo sin fondo, y así siempre?
 
    Así, que menos dineros, menos visitantes, menos..., ¡pero es que a la cueva dichosa esa, le sobraba dinero, le sobraba arquitectura, le sobraba museo (ya había uno en el templo arciprestal de Gáldar, y no le hacen caso alguno), le sobraba años de excavación, le sobraba intervenciones, le faltaba...
   
    Que iguales dibujos o rayas, encontramos en miles de cuevas, que si a todas les hubiera alcanzado algunas pesetas o/y euros de los muchísimos millones gastados en solo una, todas estarían como cuevas de reyes. Pareció, obsesivamente, era el único proyecto; no es cierto sea lo mejor ni mayor, sino una cueva retrete, sin más que otras; que por poco levantan todo Gáldar, en lugar de poner cristales, como en París, y ver desde las casas lo que hay debajo o en los cimientos, pero... creyeron se trataba del sagrario de los guanches, ¡cuando hay tantos (¡el hombre de Guayadeque, por ejemplo, entre tanto y tanto!)!
 
    Nunca faltó crítica a la cubierta, que coge media ciudad, asumida por la terquedad, de quienes endiosaron el lugar, divinizándolo, sin que hubiera allí almogarén alguno; parece que réplicas no sabían hacerlas, y..., ¡toma Cueva! Proyecto en fases y dos décadas, que por poco vacían a Gáldar y ahora pretenden echar de por allí cerca a los coches, porque afecta el humo..., ¡no te digo!; y encima se dieron a crear a personajes de cuento. Pero la muñeca, al reírse de la Historia, la gente no le hace caso, ni escucha.
 
    Allí al lado tienen a Facaracas, totalmente en el olvido y bien escondida, y allí, casi nada: ¡el Sábor”, y la página más hermosa de nuestra Historia: lo de Silva y nuestro Rey..., pero son capaces de hablarnos allí de Antequera y no de los guanches, sino dando rodeos...
    El  Padre Báez, que tiene como  proyecto estudiar a los guanches, abrirlos al público y difundir la información obtenida hacia el público mal informado, donde sobran celebraciones del sol, y otros juegos en algo tan serio.

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