lunes, 2 de mayo de 2016

me imagino...

Me imagino, se habrán dado cuenta...
... más de uno, que un servidor se ha ido adelantando a acontecimientos varios, es decir voy por delante de lo que dicen o de lo que van a hacer, y ello es, sencillamente porque en el ente los hay infiltrados, amigos míos, que como es lógico se me chivan -con gran secreto, para que no los delate, ni dé pistas ni mucho menos diga sus nombre y filiación, pero toda vez que ellos mismos, los del Miedo ambiente, no están de acuerdo con el dúo Brito-Morales,
me cuentan lo que saben, lo que oyen, lo que se rumorea, lo que dicen, y antes que los periódicos, las televisiones, y emisoras de radio, más internet y otros medios, uno sabe y ha sabido lo que van a decir y hacer, como las normas para apañar las cabras y otras, como reuniones, etc., para no desvelar, pues que es el caso, que lo último ahora, es que el cabildo por un par de meses van a aparcar el tema de las cabras, y ello porque estando a las puertas de las elecciones, temen la que les va a caer –y van a caer de culo, es decir, p´trás, como cangrejos el tripartito cabildicio, que intentando despistar, pues que encierran las cabras, y les dan un indulto de dos meses, por si arrebañan algún voto, y sabido es que sí que les van a votar, pero con “b”, lo que significa que van a abajar y estos del cabildo se bajarán de las poltronas, porque resulta que la memoria está tan cerca, las imágenes han sido tan impactante, la cerrazón tan obstinada y obtusa, que la campaña, por más que hagan milagros no se van a comer un rosco, y como decía el otro, al medir contaremos. Que se cosecha lo que se siembra, y matar las cabras, da por resultado un castigo en las urnas como no ha habido precedente, y es que N.c., Podemos matar cabras, y psoe, se lo han ganado a pulso, el rechazo, el castigo, el no. Pues mis amigos, que aparcan el asunto un par de meses, y volverán a las andadas después. Y esas son las que tenemos. A pulso se lo han ganado, y se lo tienen más que bien merecido, y una vez más el refranero: “¡siembras piedras, recogerás tempestades!”. Y por más carteles que pongan para despistar hay en la mente de todos el cartel de aquellas cabras heridas moribundas, sufriendo hasta la muerte varios días después del disparo, porque encima nos dijeron que los de los rifles eran expertos tiradores (y se olvidaron los andaluces son todos -o casi todos- unos mentirosos), y daban en la diana por casualidad, y ello, estando las cabras paradas o quietas, porque saltando o brincando que es lo de ellas, ¡ni por casualidad! Lo dicho: los carteles de los matacabras, que se los ahorren, están grabados en las retinas y mentes de todos.
El Padre Báez, que agradece, lo que por otra parte ni es chisme, ni confidencia, ni traición, ni nada, es -además- solamente buena amistad -que por otra parte no es tan difícil de deducir y de pura lógica-. Estos matacabras, frenarán la matanza, despistarán -como con esta de las apañadas imposibles permitidas-, y se sacarán de las chisteras otras mentiras, y después de las elecciones, ¡vuelven los tiros! Es lo que hay, o va a haber. Por tanto, no sean tontos, y no se dejen engañar. Paran un par de meses, y seguirán redoblados en la matanza, pues tienen dinero que percibir de Europa, si antes no se lo paro (yo [un servidor]) en Bruselas. A ver quién -por favor- me facilita allí mi intervención. ¡Temblará Gran Canaria (ahora gran Tabaibal) en Europa y el mundo, con la campaña turística que les voy a hacer! Ya lo verán. Y es que salvar las cabras, es para un servidor lo primero y más importante (¿no leyeron la encíclica de Francisco LAUDATO SI?, pues se ocupa del tema).
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A la Virgen -Madre de todos y de Dios-, la flor más hermosa, en su mes, el mes de las flores, una flor de retama, que huele muy bien y es amarilla, que aunque amarga, es símbolo de la luz, Ella, como la de su Hijo, Nuestro Señor.
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“... son unos mentirosos y la verdad no está en ellos...” (1Jn. 2, 1-11). / “... se conjuran y traman...” (salmo 30). / “... infunden terror y amenazan...” (Si 36, 1-7. 13-16). / “... se extravían con engaños...” (salmo 30).

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