jueves, 26 de mayo de 2016

las mentiras...

Las mentiras del life-Guguy...
... y que europa ha creído: es imposible recuperar los bosques que en siclos, épocas y eras anteriores existieron en esta pequeña gran canaria, venida ahora a gran tabaibal;  imposible en una reserva o parque natural o/y especial de Güigüí, entre Los Hgarzales y la montaña -en otros tiempos- de los cedros, pueda plantarse nada, por orografía, terreno, clima, etc.: imposible captar niebla, sino un sol que rompe las piedras y ha asfixiado a más de uno; imposible degradar lo que la evolución cambia;
imposible parar el ritmo a la misma evolución; imposible hayan 50 ejemplares, cuando no pasan de tres, colgados de unos riscos y moribundos, y no porque se los coma las cabras, sino el sol y la falta de tierra y agua; imposible recuperar lo que es irrecuperable (librarnos del rabo-gato o de las culebras [hay hechos irrefutables: eso ya no vuelve, ni natural ni artificialmente]); imposible proteger y aumentar lo que hay, porque es una quimera, una utopía, un derroche de dinero tirado para nada; imposible habiten donde habitan las cabras, matarlas para que habiten lagartos y cuervos; imposible plantar sabinas, cedros y pinos donde el terreno no es apto o idóneo, los muertos no resucitan, y épocas pasadas no se repiten;  todo seguimiento de este proyecto, es un engaña-bobos; imposible restaurar lo que es i-restaurable, volver al pasado geológico, botánico y otros (el tiempo no da marcha atrás); imposible las cabras sean amenazas de nada (salvo de recibir dinero para una mentira o un imposible);  imposible se difundan mentiras en carteles y otros medios y de palabra sobre el tema, no es cierto (la gente no los creen); imposible porque en la evolución de las especies, científicamente demostrados las hay que desaparecen; imposible recuperar hábitats que han cambiado, cuando influyen tantos otros elementos en contra; imposible mejorar espacios y si queda algo, preservarlo hasta que las condiciones lo desaparezca, por clima, tierra, ambiente, etc.;  nada es imposible ya disminuir, como el ya citado rabo-gato, que invade y son los que en su día -y sin tiros- acabarán con las cabras (tarde, pero progresivamente); imposible recuperar lo que no se puede recuperar, el ayer se fue, y no vuelve;  no es posible (imposible) anden concientizando a la gente de unas mentiras y de imposibles; pena se gaste en unas mentiras 852.808,00 €...
El Padre Báez, que informa de mentiras y engaños, por parte del cabildo, reservas, gesplán, life guguy, life y natura 2000, que entre todos nos toman el pelo y en lugar de defender las cabras libres que están donde quieren plantar esas mentiras y engaños, las matan  Y, ¡ah, si hubiera algo endémico, al plantar pinos se lo cargan todo, porque debajo de un pino, no crece, ni otro pino!  
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Y... las verdades de Don Jacinto S.:
¡Buenos días, Padre Báez!
El primer tramo de nuestra ida al Tagoror Rojo estuvo plagada de anécdotas, pero, la subida sí que fue de aúpa. Antes de partir a la " Cresta ", el Padre Báez y cinco atrevidos amigos tienen un opíparo almuerzo, aunque servidor sigue con su régimen alimenticio. Al inicio del camino, el Padre Báez, se mofa del cartel indicador de la existencia de águilas pescadoras; nos topemos con una, algo es algo. Lo que si nos sorprende es que no vimos "manadas de cabras sueltas", tan sólo vimos tres en más de medio día. En la primera parte del recorrido, el aire no se mueve y el sol, agobiante, cae a plomo; hay que subir con ganas y voluntad de llegar; de vez en cuando, nuestro cámara, descansa para coger aliento. Ascendemos rodeados de un impresionante escenario pétreo, parece que no avanzamos nada por lo sinuoso del camino. Pasamos una primera degollada, a mitad de la segunda, el aire empieza a ser respirable y se agradece la ligera brisa que corre. Para culminar la tercera, es necesario que el Padre Báez e Ismael -que son los que están en el "secreto"- diluciden , mientras continuamos, la senda correcta, pues, no existe ni se percibe (¡a Dios gracias¡). Tenemos que ascender reptando por aquellos riscales, cuidando de no resbalar. Por fin llegamos a la cima; a un espacio rectangular, en el que el suelo es la piedra de las franjas rojas del risco; donde alguna vez hubo un lugar de reunión. La satisfacción es total; objetivo cumplido y alegría indescriptible. Estamos en un sitio al que sólo llegan elegidos. Tenemos ante nosotros: la inmensidad, la atemporalidad y el sonoro Atlántico (en este caso no es metáfora) brindándonos una sinfonía exclusiva. Pero, amigo mío, hay que bajar. Es necesario echarle: alma, corazón, vida y algo más. Las agujas del reloj cabalgan a galope tendido, pero, llegados al camino bueno, ""Báez et alii"" descienden con doña Parsimonia, aunque en el tramo final aceleran. Casi de noche acabamos la bajada, y... ¡el Padre Báez saca una tarta de almendras con cabello de ángel, divina!  Si la hubiese pillado Hesíodo. Hasta otra ocasión, don Fernando.

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