sábado, 14 de mayo de 2016

increíble, pero...

Increíble, pero cierto como Dios que está en su Gloria...
... (pidiendo disculpas a los ateos, que peor para ellos, se las van a ver con Él, crean o no crean, pues, ¿hay verdad mayor que la Verdad? [pues deben ser muy burros, porque fue la Filosofía -antes que la Teología, con su Teodicea, quien descubrió con sus distintas vías la deducción de la existencia del Creador, Motor Primero, Alfa, etc.), que me paso la noche con las cabras; no, por supuesto en ningún corral, explotación o por el Macizo,
sino fijo, todas las noches, una sí, y la otra también -entre sábanas y con la almohada en los pies, por lo del riego sanguíneo- y uno después del otro, cada vez que despierto, soñando -digo- con las cabras. Tanta es mi pasión por estos animalitos de Dios, que el cabildo nos las matan -ahora no, que está en tregua electoral, pero que volverá después de final de junio, cuando la gente haya pasado por las urnas-. Que volviendo a los sueños, no son tan bucólicos como los de Marcos, por los Alpes, pero de todo hay, y hasta me despiertan, cuando hay tiros, y es que lo que se ama, o por lo que se vive, es interés, se vuelve pasión y sucede lo que sucede, que día y noche, me las paso con las  dichosas (que significa “felices”) cabras, aunque malditas por el cabildo que las mata; uno, consciente e inconscientemente, la mente no me separa de ellas; pues no en vano, han sido, son y deben seguir siendo, lo mejor de la ganadería y lo poco que nos va quedando (y a menos de seguir esta política genocida de un cabricidio sin precedente en cuanto irracional, y solo por el vicio del maldito y estiercoloso dinero. Pues, muy gozoso de soñar con las que me quitan el sueño: las cabras.
El Padre Báez, que si sueña a diario -y durante las horas de sueño- las cabras me acompañan, es como para que igualmente, durante el día sigan con un servidor, lo cual se me convierte -y muy a gusto- en una presencia durante las veinticuatro horas del día y de la noche, todos los días, semanas, y va para meses. No, no acabaré balando, sino gritando: ¡Qué no nos las maten!
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De Pedro Toledo:
Padre Báez buenas tardes, es un placer saludarle, le acabo de enviar un programa de las ponencias y debate que ha preparado el Cabildo. Esperamos que sirva para dejar más claro la posición de que las cabras libres hay que conservarlas en su hábitat indefinidamente y para siempre.
Un gran abrazo.
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“... ¿hasta cuándo buscaréis el engaño?...” (salmo 4). / “... todo esto quedará en la memoria, y se lo repetiremos a los hijos, y

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