lunes, 23 de mayo de 2016

la cabra...

La Cabra de Paco Peinado...
... no es que el restaurador y arqueólogo mejor que tenemos en la isla, tenga una cabra de cuatro patas y cuernos, que la suya -entregada al Museo y represaliado porque la recompuso- es de cerámica, y solo tiene -una reproducción exacta a la que encontró- la cabeza, pero de tal perfección, que obra de los guanches es de una anatomía que asombra, y ello es el fruto de aquella observación de las que eran hermanas, compañeras y madres de los mismos, pues juntos entraron, juntos se mantuvieron hasta el presente, que es justo cuando el cabildo nos castiga con matarlas, y desaparecer lo que es nuestra mejor cabra del mundo, ¡esencia, identidad, economía, vida, Historia, etc.!
Pues, agradezcamos esa pieza de valor indefinido, que hallazgo de tal profesional en su menester, trabajo o investigación, tuvo la suerte de encontrar pieza de tan alto valor; nos regala lo mejor que nos pudieron dejar los guaches en su arte o manifestación de su buen hacer. Solo una lástima, que a pesar del cernido del terreno y lugar, Don Francisco Peinado no encontró el resto de las otras partes de “su” cabra. Si quieren verla -y no vine, como el otro a hablar de mi libro- pueden acudir a internet y buscar en Televisión en el programa “El Padre Báez”, y en el que trata del Bentayga, yacimiento que él presenta en maqueta y también in situ, y de paso nos muestra en su casa dicha cabeza de la cabra aquí comentada.
El Padre Báez, que ve en ello la raíz de la cabra en sintonía y connivencia con nuestros antepasados cuando llegaron a estas islas, en las que las cabras, al igual que nosotros fuimos unos invasores, y si quieren dejar la isla como antes de llegar los cannarii, es decir los guanches, ¡vámonos todos!, y sigan matando las cabras, pero dejen las islas desiertas en cuanto habitantes humanos también, que las culebras -¿éstas estuvieron aquí siempre (y si como piensan algunos aquí estuvo el paraíso terrenal, pues entonces son las únicas que tienen derecho a seguir vivitas y coleando)?, vivan en un reino salvaje y deshabitado y recupere así su estado primigenio, y Madeira y otras hagan lo mismo ¿Cabe mayor idiotez (por no decir “gilipollez”)?
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Nota.- Cabras los que la cuadrilla que ayer subimos al Tagoror Rojo, vimos a lo lejos en tres avistamientos en el pétreo y seco Macizo del Noroeste, donde pretenden plantar -si es que llegan a subir al mismo- y que al día siguiente se secarán, de lo cual dará testimonio Don Jacinto Suárez, como nos tiene prometido:
¿Cómo se encuentra, Padre Báez??
      ¡Supongo que reponiéndonos del palizote!, aunque ya ha dado una mínima pincelada de lo de ayer. Yo me encuentro en perfecto estado de revista, por ser alérgico, comí escasamente y bebí muy poca agua. Mi fallo estuvo en el calzado, que no era el adecuado ( el ideal = 150 eurillos ), llevé el de los antiguos jardineros, prohibido por la actual legislación laboral.  También, a veces, tengo "fallaeras" en la memoria y no me acordaba del nombre del  (p....) áloe vera.     Don Fernando, quisiera pedirle (...) Además, si hubiese ido al paso cansino del Padre Báez & Partners, habría llegado a la  Cresta  de los vestigios -casi imperceptibles del Tagoror Rojo-extenuado. Yo no soy el típico y tópico canario, pachorrudo, tranquilote e indolente. Puede que no tenga espíritu, pero sí mucho  ímpetu. Desearía, también, que los miembros de la Cuadrilla me disculparan por algún error cometido. (...). Aquí no vale la democracia, lo chachi y tal. La estrictísima selección es muy necesaria). Le mando la foto del "amigo", tiene un minúsculo fallo, corregible en el ordenador. Juan Antonio o Ismael lo pueden hacer, porque tienen medios para ello. Quedamos en  que se las mandaba al Padre Báez, a su correo electrónico. Bueno, ya le escribiré algo acerca de la odisea del día de Santa Rita.
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