domingo, 1 de mayo de 2016

lo que...

Lo que está más que claro...
... (sobre las cabras libres), es que el cabildo quiere exterminar y acabar con las cabras libres. Y es que ignora el cabildo que sin las cabras no habrá endemismo alguno, pues son interdependientes. El asunto es, que para introducir cedros del Líbano, exterminan las cabras mejores del mundo, como reservas y genética por estudiar y de lo que ya hay adelantos de su valía e importancia de su conservación, pues no señor: ¡Fuera la cabra autóctona y endémica, y plantemos cedros invasores dl Líbano!
Que sobra todo control, y menos la matanza a tiros de rifles, ya sean de Granada o de Las Palmas. Y de proteger algo, protéjase la cabra de los tiradores, del cabildo y del miedoambiente empeñados ellos en desaparecerlas, sin ton ni son o por dinero contante y sonante, que es como vender a sus madres y abuelas por euros regalados en base a una mentira. Auténtica salvajada sin nombre, matar lo que se debe proteger. Siendo así que las cabras controlan la biodiversidad, y se comen lo que luego siembran, hay que pensar que desaparecida la ganadería libre (nuestras cabras sueltas), la maleza, sin las cabras que se la coma, se comerá el terreno, y ya sin cabras, nada endémico en el caso que lo hubiera, pero cierto la desaparición de flora como ha sucedido -y también gracias al cabildo- la desaparición de distintas aves, como otros animales, nos quedaremos con cuatro pinzones azules en un jaulón en Tafira, porque si los sueltan se lo merendarán los únicos que campean y a sus anchas por los campos, los gatos. En fin que depongan las armas, que dejen en paz a las cabras, que no hace falta pidan ni perdón (seguro que no son cristianos), ni pidan disculpas, simplemente, cállense, borre este tema, no se hable ni se defienda -por parte del ente cabildicio matanza alguna, y ello ¡ni las culebras! , cójanlas y devuélvanlas al Canadá o a de donde vinieron, que son suyas y aquí son invasoras; las cabras son nuestras hermanas, y entramos juntitos, juntos debemos seguir libres para salvar a las enclaustradas, mientras la hierba es imponente. Ayer sábado Paquita, le decía a su hijo Amado, sentada junto a la pared de la Iglesia de Cazadores. “¡mi hijo, fíjate cómo está ese cercado de hierba!” La hay que pasa de los dos metros de altura (tapando los árboles frutales), y no hay quien la siegue, ni cabra alguna que se la coma, tal vez algún incendio, a no ser se monte guardia unos 300 bomberos, y tres helicóptero se turnen fijos durante seis meses, llegado el verano con su antes y después, algo que de permitir todas las cabras estuvieran sueltas -como las libres-, imposible incendio alguno, y con el ahorro en ese ejército con anteojos y paseadores por los aires, sin más.
El Padre Báez, que recuerda lo de aquel taxista, que me llevaba al aeropuerto para una intervención en el Canal 3 o en Tele 5 -¡que ya ni me acuerdo!-, que va y me dice: “¡antes no había hierba para tantas cabras; ahora, no hay cabras, para tanta hierba!”; y las pocas que quedan, el cabildo a tiros quiere acabar con ellas, o ¿se atreve usted a apañarlas, con seguro, con coche adecuado para llevárselas al cabildo, con papeles de que es usted ganadero, con..., ¿para qué sigo? ¡Ah, sí!: contemple lo que es al presente La Cumbre, ahora sin cabras: antes había una rica y variada biodiversidad, gracias a las cabras; al presente, sin cabras, todo se está llenando de retamas, retamas por todas partes donde antes había de todo; la devoradora retama se lo come todo, desaparece endemismos y plantas autóctonas; eso mismo pasará cuando la cabra desaparezca, que al mismo ritmo desaparecerá todo y todo será tabaibas, sin más. Esto, como Dios que está en su Gloria. Por eso, debemos evitar la desaparición orquestada por el cabildo para matar todas las cabras (las tabuladas o en explotaciones, se están todas muriendo, luego: ni unas, ni otras). Desaparecidas las cabras, ¿de dónde las traerán invasoras después? Para entonces, no  estaremos ningunos aquí (por eso debemos evitar sea como sea no maten una cabra libre más). Nuestros descendientes o generaciones futuras, tienen derecho a recibirlas y tenerlas como las tuvimos nosotros (derecho que el cabildo nos quita, y les quita).
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PARAR LA MATANZA DE CABRAS GUANILES AUTÓCTONAS DE CANARIAS
Se continúa, por parte de la Consejería de Medioambiente del Cabildo de
Gran Canaria, con la equivocada política de matar las cabras guaniles de
las montañas, riscos y barrancos para que broten las especies vegetales
de repoblación. La conservación de las cabras autóctonas, la tradición de
que se conserven guaniles forman parte de nuestra cultura. Además,
están protegidas por sus propias leyes. Repoblación forestal sí pero no al
precio de acabar con las cabras. Evitemos que se mate a un solo ejemplar
más.
En el municipio de Telde, su Ayuntamiento aprobó por unanimidad manifestarse en contra de la matanza de las cabras
y el de acudir al Cabildo de Gran Canaria y a las Instituciones Internacionales para denunciarlo (La Asociación Canaria de la Cultura Tamazight "AZAR" del Boletín Informativo Taghemsa de MAYO 2016).
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“... quebrantarás a los reyes...” (salmo 109). / “... tienen orejas y no oyen...” (salmo 113 B). / “... peste que se desliza... epidemia que devasta... caerán...” (salmo 90).

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