miércoles, 24 de agosto de 2016

no solo...

No solo se cometen injusticias con la naturaleza...
... que tu aura de seguridad comenta que no se enreda en telarañas como la mía.
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Querido Padre Báez, no hace mucho que conozco de su gran labor en lo que a injusticias ecológicas se refiere y ello ha dejado en mí gran admiración, porque hoy en día las personas que están bien posicionadas en este sistema tan corrompido no se preocupan en defender causas ajenas, pero ciertamente tan comunes ya que nos concierne a toda la población canaria. Y aunque de ser así no fuera, aquellos males de otros, esas injusticias que día a día sufren tantas personas deberían de preocuparnos y por consiguiente molestarnos a todos, pues no estamos exentos de que las susodichas nos ocurran a nosotros en algún momento de nuestras vidas.
 

   Por otro lado quería agradecerle porque con la información que usted profesa he abierto aún más los ojos para darme cuenta que vivimos en una sociedad en la que la palabra democracia es un adorno, que somos las marionetas del sistema y que se enriquecen los bolsillos a costa de la ignorancia de nuestro pueblo. El más valioso regalo que alguien te pueda brindar es el conocimiento y por ende la sabiduría y ello es lo que usted da sin intereses ocultos.

   También deseo hacerle saber que el motivo de este mensaje no sólo tiene como motivo mi admiración y agradecimiento sino que creo importante que usted conozca la situación que actualmente (y desde hace ya bastante tiempo) padece mi familia que por supuesto no tenemos el deber de soportar a sabiendas de que usted también es un servidor de Dios, me gustaría hacerle llegar como se vulneran los derechos de los enfermos gran dependientes aprovechándose de ser entidad religiosa y de la fe o esperanza de la familia. Porque... así como es una injusticia que las instituciones empobrezcan las islas, ¿acaso no lo es tener en condiciones lamentables y vergonzosas a personas que no pueden defender sus derechos?  A continuación quisiera explicarle brevemente lo acontecido.

      Tengo un hermano gran dependiente el cual padece trastorno severo de la conducta con crisis de auto lesión y lesión a los demás; dicho esto, la familia ha estado siempre en la labor de su cuidado pues las instituciones no disponían de un centro en el que el perfil de mi hermano fuese apto. Así las cosas en el año 2013 nos informan que hay una plaza disponible en el centro San Juan De Dios (Tenerife) y que mi hermano reúne los requisitos para ocupar dicha plaza. Tras realizar los trámites correspondientes mi hermano finalmente ingresa en San Juan De Dios (Tenerife). Inocente mi familia al creer que dejaba a mi hermano en manos de profesionales y especialistas, sobre todo al tratarse de un centro perteneciente a una Orden Religiosa que presume de anteponer los derechos de los pacientes y hacer alarde de principios morales. Las cosas no tardaron en enturbiarse pues este centro no disponía de suficiente personal, ni estaba en posesión de los medios adecuados para tratar a mi hermano. Tenían a mi hermano en una sala de observaciones no habilitada en un espacio de 7 m2 totales haciendo uso de dos camas inadecuadas e injustas que no cumplían con el protocolo de estándar y calidad sanitaria atado alrededor de 24 horas diarias. Creo firmemente que es vergonzoso que una Orden Religiosa se lucre y se venda como grandes benefactores de obras caritativas cuando su centro no cumple los requisitos de estándar y calidad hacia los pacientes y ante todo enfermos, el Cabildo por supuesto junto con sus técnicos eluden responsabilidades al igual que así lo hacen el Gobierno de Canarias, los dos organismos competentes en este asunto. Tras la familia darse cuenta de las carencias a pesar de los esfuerzos del propio  personal por enmascararlas decidimos sacar a mi hermano en período vacacional el 30 de Enero de 2015 y a los pocos días de estar en el seno familiar y hacerle unas pruebas médicas descubrimos que arrastraba desde el centro anemia, todo esto debido claramente a la carencia de personal y falta de medios del centro. Dadas las condiciones el médico desaconsejaba su regreso al centro hasta su recuperación, por tanto la familia proseguimos en su cuidado en el seno familiar, sin embargo el centro nos apremiaba para que mi hermano regresase a ocupar su plaza y no atendían a razones respaldadas por partes médicos, ni siquiera querían poner los medios para el traslado de una persona gran dependiente como lo es mi hermano a Tenerife puesto que la familia reside en Gran Canaria. Finalmente en mayo de 2015 le quitan a mi hermano la plaza alegando falso absentismo quedando él desamparado. Veasé las imágenes de las lamentables condiciones en las que lo tenían.

Si observa con detenimiento las imágenes se ve claramente como le cuelgan los pies por fuera de la cama, pues ésta no se adapta a las medidas de mi hermano en un concepto global: ni la sala, ni los materiales, ni la forma en la que procedían los ''especialistas'' cumplen con los requisitos sanitarios y con el protocolo de estándar y calidad pero aún más vergonzoso es, que los organismos competentes en este asunto no realicen ni una sola inspección al centro para comprobar que exista un adecuado funcionamiento.
 
  En estas deplorables condiciones tenían a mi hermano diariamente atado alrededor de 24 horas al día, ocasionándole esto daños y secuelas físicas así como morales. Por supuesto la familia ha tocado en todas las puertas que deben asumir responsabilidades, y rendir justificaciones con todo el esfuerzo que supone para una familia humilde como la nuestra. Hemos puesto este asunto en conocimiento del Diputado del Común y de un asesor jurídico. Una vez explicada de manera resumida esta difícil situación que no tenemos el deber de soportar nos gustaría ya que usted es una figura defensora de las justicias aunque sean en el campo ecológico, como sacerdote ojalá y pudiera usted difundir esto, pues es una vergüenza que los políticos tanto del Cabildo como del Gobierno de Canarias tengan a enfermos en estas condiciones transfiriendo dinero a centros sin realizarle inspecciones y sin tener los medios para atender dignamente a los pacientes.

  Por último, en Octubre de 2015 la familia quiso poner esta queja en conocimiento de nuestro Pontífice Francisco por vía postal sin embargo no hemos recibido respuesta alguna ni tampoco sabemos si habrá recibido dicha queja, tal vez usted sepa un medio de contacto para ponerle en conocimiento esta situación al Papa Francisco que sea seguro.

  De antemano le agradecemos la ayuda que usted pueda brindar. Un cordial saludo.

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Contesto o respondo (los subrayados son de un servidor) a quien de forma anónima me escribe el correo que precede, y al que le agradezco cuantas palabras elogiosas me dedica. Espero que leyendo esta respuesta, siga manteniendo dichas consideraciones hacia mi persona.
De entrada, creo que cada familia -y no hay nadie libre de ella- ha de llevar su propia cruz, sin que ello signifique que no encuentre “cireneos” que le ayuden a ello, y hasta que hayan quienes tienen la obligación de hacerlo. Pero, lo que no haga yo, que soy pariente, no se lo exija a extraños, y nadie como la familia para tratar a uno de los suyos. Por supuesto sirvo a Dios -como debemos hacer todos- y además a mis hermanos los hombres todos.
Sobre los Hermanos de San Juan de Dios he de decirle, que durante los años 82 al 96, fui su Párroco y capellán en El Lasso, donde solo cinco religiosos atendían la Casa, en la que trabajaban 50 personas ajenas a la Orden, y los pacientes (internos y externos), eran muchísimos. Hubo un tiempo, cuando y donde las vocaciones existían, que los enfermos estaban en solo las manos de los religiosos consagrados, pero la falta de vocaciones hacen que sean laicos y no religiosos los que atiendan a los enfermos, con las negligencias que usted apunta, y de las que de alguna manera no son responsables ellos, pues si tampoco reciben la ayuda en material del Gobierno o/y Cabildo -sino la limosna del pueblo, y migajas de los citados organismos- no pueden hacer más de lo que hacen. Espero lo comprenda, y no atacarles tan fuerte, pues son benefactores de la sociedad, fieles al carisma de su Fundador y el ejemplarmente reconocidos en el mundo su labor -a pesar de limitaciones y ejemplos como el suyo- , no se les puede denigrar y ofender, criticar y sembrar esas ideas contra ellos, porque aún siendo cierto lo que me cuenta puede que sea un caso aislado, pero no lo general. Y no es que quiera defender al gremio, sino que en justicia creo firmemente lo que digo. Incluso mirando las fotos, entiendo que atado en la cama, si ésta fuera exacta al cuerpo, dañaría a los talones, en continuos movimientos de los pies, que no sé, y de ahí que quedaran por fuera (disculpen mi ingenuidad; pero, ¡me mueve la buena fe, y por lo pronto, higiénicamente está pulcro! En cuanto a lo demás: si la cama estaba libre..., si no tienen medio para el traslado, etc., en fin veo que solo arremete contra quien debiera estar agradecido, pero allá cada cual, y espero me disculpe: sé no le estará cayendo bien esta respuesta, y más por lo que sigue:
Con ser grave lo de su hermano, créame, como Párroco de cinco Parroquias, tengo entre mi feligresía casos y situaciones mucho más graves que las  de su hermano (le invito a que me acompañe), y nada le digo o cuento a nivel mundial, ¿cree usted debe conocer el Papa, todos estos millones de casos, o el historial de estos enfermos, ¿para qué?, ¿le van a hacer caso los políticos ateos al Papa (le sugiero se lo diga a su Párroco y lo vea el Grupo de Cáritas de su propia Parroquia)? Y créame, como Dios que está en los Cielos: los Religiosos, dentro de su limitaciones, actúan en conciencia, por vocación, con amor..., otra cosa es que las Casas de los Religiosos -de ésta y otras Órdenes-Congregaciones-Institutos Religiosos-etc.-, se estén vaciando por falta de vocaciones (son auténticos profesionales, y a ellos confían la clase médica las terapias y convalecencias), En el caso del El Lasso, los cinco hermanos de entonces (20 años después, tal vez tres o cuatro frailes): uno (Aurelio), era anciano, otro muy joven, el Superior tenía mil asuntos entre manos, los otros dos, ¡no daban abasto! ¿Y les vamos a exigir responsabilidades y culparlos? ¡Hombre, seamos agradecidos!, y seamos exigentes con los que deben solventar estos casos  desde la Cosa Pública (¡y pedir a Dios vocaciones!).
Solo me resta pedirle disculpas, porque sé no me va a entender, pero si se calma, se serena y relee mi respuesta fríamente, acabará diciendo: “¡el Padre Báez, tiene razón!”. Sobre todo en que cada uno ha de llevar su cruz; y, ¡esa será nuestra Gloria!
En cuanto a la petición que me hace difunda su caso, le aseguro van a ser muchos millones -a los que llegan mis correos diarios-, los que lo van a conocer, hoy suplantando el diario y mañanero sobre los pinos. Por tanto, misión cumplida: Un muy cordial saludo, y espero su hermano tenga el cariño de los suyos, el mismo que nadie podrá suplir ni darle, y no le falte tampoco el de los Organismos Oficiales.
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“... dichosos los que temen al Señor...” (salmo 127).

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