los pintan...

Los pinos tan malos como los pintan...

... ¡o más! Y no es que lo diga un servidor, sino que biólogos y ecologistas (no del cabildo) gente seria y responsable, así nos lo hacen saber: hay que priorizar los árboles nativos y desterrar los exóticos, y el peor de todos ellos, los pinos, pues son tan nocivos que desaparecen el agua, se cargan el suelo y con ellos es imposible la biodiversidad, ¡que no es poco!, pero hay más. Solo los ingenieros y “técnicos” del cabildo comprados por el mismo dicen y hablan de sus falsas bondades, a pesar de agotar los recursos naturales que están bien a la vista.

Sabido de sobra es que los pinos no dejan crecer otras especies vegetales debajo de ellos o a su sombra o alcance, y ello porque además de no practicar la entresaca y el distanciamiento de uno a otro (los pegan incluso a menos de un metro [invito al que quiera verlos salga al campo y lo compruebe]). Pero vayamos más allá de lo que no nace debajo de los pinos, es que en el caso de los animales tampoco se cría o vive nada; pues, ¡qué distinto en la agricultura, cómo es compatible la vida vegetal con la animal, pero con el pino, nada de nada! Pero como estamos todavía en los prolegómenos de esta materia, en la que no acabo de entrar, sino en el pórtico, diga, para ir avanzando que: los dichosos pinos, extraen del suelo las sales de hierro y aluminio, con lo cual el suelo, piso o tierra debajo y más allá del pino se vuelve ácida. Ivito a quien quiera ponga la clase de semilla que guste debajo de un pino, y espere sentado -para no cansarse- a que prenda o salga, pegue o crezca, a no ser que cortados los pinos o arrancados, las lluvias y el tiempo vuelva a poner la tierra en su punto. La acidificación de los pinos al suelo, es total y gravísima la cosa: ya que esteriliza y envenena la tierra, sin más. Pero es que más allá de la acidez del suelo, está que los dichosos pinos, deterioran el suelo al cambiarles la estructura física y química, que hacen el suelo debajo y en el entorno de los mismos, se vuelvan infértiles para cualquier tipo de agricultura. Pues es sabido de sobra, que las raíces de los pinos, sueltan una resina que altera o cambia el medio de los organismos que cambian o transforman la materia orgánica y hasta las piedras en el suelo las rompe, con lo que afecta negativamente, mucho más allá de lo que se cree o sabe (por parte del cabildo ignora todo esto, a pesar de tener ingenieros y “técnicos” [continuaré, ¡por supuesto, solo he hecho empezar!]).

El Padre Báez, que sobre los pinos les informa que aparte de consumir más agua que ninguna otra plantación, como pudiera ser la nativa -que es lo que siempre hemos tenido y el cabildo la arranca o los pinos la elimina-. Pues contrario a todo esto, en lugar de parar ya de plantar pinos, van a poner 350.000 en Veneguera, y van a seguir cuarenta años más plantando pinos. ¡Están locos! Hay que impedirlo, sea como sea.

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Aparte de lo que nos propone el amigo abogado Don Juan Francisco Ramírez, tenemos la propuesta o proclama, llamada o invitación, rebelión y lucha que debemos hacer y nos lo dice el también amigo y escritor Isidro Santana León:

Todo el mal existente en Canarias es consecuencia del colonialismo español, hasta sus esbirros, estos que están en contra de nuestro desarrollo. Con todos mis respetos a las actuaciones que se quieran tomar, sugiero que no organicemos en un frente anticolonialista, pues lo demás es poner tiritas sobre una metástasis: hoy suturas por aquí, al mismo tiempo que supura por otro lado. Es hora de terminar con este anacronismo que va contra de los derechos humanos y que es considerado como crímenes de lesa humanidad por parte de España.

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“... cíñete al flanco la espada, valiente... cabalga victorioso por la verdad y la justicia...” (salmo 44).