Y si te hablan de cabras, te
mienten...
... como aquella, que daba siete (7) litros de leche. Me
recuerda a mi padre, q. e. p. d., que cuando las llevaba a la Feria (de San
Mateo), por más que flacas y canijas, los ubres iban a reventar, pues para mejor
venderlas (engañaba), dando a entender esos ubres repletos, era cosa diaria, y
solo los bobos capitalinos lo creían, pues era práctica habitual,
que la cabra
que se iba a vender, además de limpiarla y darle bien de comer la víspera y día,
iba a la feria con tres y hasta cuatro días previos sin ordeñar, con lo que el
pobre animal, iba caminado y auto-ordeñándose al caminar, con el bamboleo del
ubre y roce entre las patas, pues iba en el andar echando leches, gotas y
chingos, lo cual era hasta feo, pero claro, ordeñada o por ordeñar así engañaban
al comprador como que se llevaba una cabra tan generosa en leche, que como es
lógico comprada y ordeñada posteriormente no daba nunca más allá de una cuarta
parte de lo mostrado y ordeñado ese día. Y es que siempre se dijo, la cabra era
la vaca del pobre, y no precisamente, por la cantidad de leche que diera, que
aunque es verdad, las hay buenas lecheras, dadoras de leche a siete (7) litros,
como queda dicho si se la dejaba de ordeñar tres o cuatro días, lo cual era
malo, porque le podía dar a la cabra hasta tetera o quedarse manca. Pero, la
astucia y sagacidad del campesino, que así mentía, y por ello vendía en muy buen
precio tal cabra tan lechera, que el chasco vendría
después.
El Padre Báez, que sobre cabras, no por estudios, sino
por vivencias y crianza, y por ser -como dice Manolo Escobar- en una de sus
canciones: “... yo, soy un hombre del
campo...”, y eso sin título universitario a cuento, que lo es uno y triple en otros
asuntos, pero de cabras y sobre cabras, las notas y clases antes me las dieron
los sabios del campo, y entre ellos, mi propio padre, de quien mi madre decía:
“... Rafael, las cabras son tu
dios...”, pues tanto las quería (que no amaba), y añadía -ya lo he dicho
en otras ocasiones-: “... si
vieras hierba en el altar -y nunca dejaba de ir a Misa- ,
hasta allí irías a segarla para tus animales...”; y conste, los únicos
enfados o pleitos en mi casa, tenían siempre la misma fuente u origen: no tener
lo suficientemente bien atendidas las cabras, en: cama, pesebre, agua, comida,
etc.
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Puesto me paso la vida n ello (plantando, regando,
podando, limpiando trasplantando, cavando, etc.), se lo
recomiendo:
Hola Padre Báez, muchas
veces me acuerdo de usted y pienso cómo podría cambiar esta isla si cada niño (o
persona mayor) aprendiera a germinar una semilla de limón o naranja o cualquier
otro frutal y lo plantara en cualquier huerto de su comunidad (o propiedad).
Creo que muchas personas que pasan hambre dejarían de hacerlo. Es muy fácil y
hay muchos vídeos en internet que enseñan a hacerlo. Aquí le dejo un
link.https://www.youtube.com/watch?v=70yH5bu1TKc
Muchas gracias por su
defensa de las cabras y un abrazo.
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“... una tierra
desierta, en una soledad poblada de aullidos...”
(Dt. 32, 1.12). / “... rebaños de ovejas, cabras y toros...”
(salmo 8). / “... esconden trampas, inventan maldades,
ocultan sus invenciones, sus mentes y sus corazones no tienen fondos... nos
llevan a la ruina...” (salmo 63). / “... despreciados, nos persiguen, nos tratan
como a la basura del mundo, el desecho de la humanidad...”
(1 Cor. 4,
1-16).
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