De hoy en ocho días...
... es decir en una semana, más en concreto el próximo
Domingo -día del Señor Resucitado- muchos de ustedes se acercarán a las urnas,
para votar; un servidor, ¡ni amarrado!, y si me llevan, tampoco voto, ¡los boto!
Sobre mi conciencia no caerá que por mi voto, alguien mate a las cabras y haga
otros disparates como desaparecer el sector primario.
Que, si vengo con este
tema, no es porque ustedes me tengan que hacer caso, ni yo sea quién para
decirles a quién votar, cosa que jamás haría, pues cada uno haga lo que quiera,
pero si me permiten un consejo, solo les diré que antes de votar, si es que
votan -a veces nos dicen votemos en blanco, un servidor, ¡ni eso!, ni blanco ni
negro, ni de ningún color; me abstengo, pues que viene el consejo -y me gustaría
lo cogieran y lo tuvieran en cuenta (repito: no les diré a quién votar o no,
allá cada cual con su conciencia- mi consejo es: si saben de alguien que esté
personal en cuanto individual, o en su conjunto por su partido, esté por matar
las cabras, no le voten porque si un partido o un candidato de lo que sea dice
que va a matar las cabras, -aunque ahora hasta el 26 no dirán nada al respecto-
quien mata las cabras te matará y nos matará de hambre, pues ellas nos dan
alimento y trabajo, las dos cosas que necesitamos con urgencia, se ahorren
mítines y promesas, y si tienen ocasión pregúntenles: ¿usted y su partido están
a favor de matar las cabras?, si le dice que sí, ya saben a quién no votar. Un
servidor aunque los conoce, me abstengo de darles nombres y partidos,
Simplemente, averigüen quien las mata, qué partido las mata, y si usted les
vota, usted es también un matacabras, y cómplice, y después, ¿qué leche toma?,
¿la de tabaiba?
El Padre Báez, que simplemente les da un consejo. No
digo a quien o no votar, sino si saben de alguien que está por la labor de
acabar con nuestras cabras, ¡acabe usted con él, y échelos de la política! Y, si
alguien les dice y promete: vamos a respetar las cabras, dejarlas donde siempre
han estado y a prohibir que las maten, en ese caso vótelos y hasta yo mismo -un
servidor- hasta me animo y también voy a votar.
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Lacónica, breve, una sola palabra, y nunca se dijo más
con menos, sobre lo que les cuento, lean la opinión del hermano en el
sacerdocio:
Lástima...
Juan Antonio Santamaría Alonso –
Sacerdote.
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