al cabildo...

Al cabildo que no las maten...

... las culebras, como las cojan dormidas, se las tragan poco a poco (a las cabras), comienzan por una pata, la envenenan, y poco a poco se las tragan, y con ello se ahorra el dinero para con los anda-luces. ¡Coño, sean inteligentes y ahorren un algo de dinero!

Pues, más bichos seguirán entrando mientras se ocupan de unas inocentes y pobres, y ya endémicas cabras a las que matan, ¡cambien de dirección el tiro, subnormales del carajo!: ¡maten serpientes y dejen las cabras! Pues, ¿y no dan más leches las ardillas?, ¿qué daños ocasionan las roedoras ardillas, si no prueban nada? Nos quedaremos sin una sola clase de pájaros (¡quedarán ellos!), y acabarán con los lagartos de paso (para que rime). Los puertos y aeropuertos están libres para que entre el Arca de Noé, y desembarque después del diluvio. Y el seprona, durmiendo, multando a pobres y simples campesinos por tener una cabra o cogerles un puño yerba. Y encima, harán negocio con la venta de venenos para matar bichos, ¿y si te multan por mal trato animal?, ¡ni te atrevas! ¿Y qué me dicen de aquel policía que se trajo un par de casares de ardillas y las tiene en la azotea de su casa (así vea los ojos de Dios)?, ¿seré culpable por no denunciarlo? Pues si los que deben dar ejemplo y evitarlo, son los que las introducen, ¡apañados estamos! Y total, toda vez las serpientes de california (¡ya son de aquí!), no son venenosas, pues ¿qué importa?, ¿qué mal hacen? Las que hacen mal, mucho mal, más mal que nadie y nada, son las putas cabras; por ello, el bueno del cabildo nos libra de ellas a tiro limpio desde anda-Lucía.

El Padre Báez, que no muestra preocupación por la matanza de nuestras pobrecitas y santas cabras, por morir martirizadas (aunque las canten como o cuales a putas), que a un servidor lo que le preocupa es que en la defensa de tanto bicho venenoso, si usted le infringe un golpe o los matan, le apliquen la ley de  mal trato animal (las cabras, sí pueden y deben ser maltratadas, que a usted no le pasa nada (otra rima), que ellas son las excepción de la ley, y si no pregunte, pregunte al seprona o al miedo ambiente, ¿Por qué no multan al cabildo que las dejan heridas, sufriendo sin matarlas?

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Es  el dibujo de una niña, que recién ha hecho su Primera Comunión, del  Norte de nuestra isla, cuyo padre me manda el dibujo de su hija:

Hola, Padre Báez:

Lo prometido es deuda. Sólo le pido que no diga dónde está para que no surjan malentendidos. Un saludo.

(X. X.).

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“... es un mentiroso, y la verdad no está en él...” (1Jn 2, 3-6). / “... nos ha defraudado...” (salmo 30). / “... ¿quién podrá resistir?...” (salmo 129).