jueves, 23 de junio de 2016

con los...

Con los pinos y sin las cabras...
... ¡vaya panorama el que nos presenta la miseria de cabildo que tenemos (o padecemos)! Que tenemos el mejor aceite del mundo y en lugar de olivos, nos plantan pinos, y hace lo mismo que con las cabras, tenemos las mejores del mundo y las cambian por culebras, y alacranes.
¡Así nos luce el pelo! Si en lugar de pinos en cada puesto que ocupan ellos, hubiera un olivo, ahogábamos al mundo con aceite, y aceite de la mejor calidad, por tratarse del mejor clima y la mejor tierra del mundo, pero que estos macacoas la han entregado a pinos y tabaibas, a serpientes y a culebras. Imaginen mis amigos que si en lugar de pinos que solo dan fuego y del malo con exceso de humo, tuviéramos olivares en la isla, seríamos ricos y no faltaría trabajo en la cogida de aceitunas, en el traslado a las almazaras, en la distribución del oro verde, pero no ven sino cabras que matar porque dicen que se comen lo que no existe. Si hubiese cordura y sensatez, se comenzaba ya el trasplante de olivos por pinos (es decir a arrancar pinos, y plantar olivos). Un servidor tiene varios cientos de esquejes pegados, y los regalo al cabildo, si los quiere y si no me los planta en el Macizo del Noroeste, donde no pega nada sino las cabras, que están precisamente en su medio más propio o propicio: los riscos, Y en riscos no pega nada, sino aulagas, tabaibas, beroles, tajinastes y nada más, pero ciegos o con gafas de colores ven plantas endémicas donde no existen, igualito que ven los pájaros azules; ¿quién vio jamás un pájaro azul? Ni azul, ni de otros colores, porque están desapareciendo todos-todos que se los meriendan los gatos asilvestrados, y son bombones para las serpientes, ¡esos sí que son asilvestrados (los gatos)!, no las cabras, que son mansas y vuelven si su pastor y amo las llaman. ¡Y mira que hay extensiones y explotaciones de olivos!; pero, el cabildo solo planta pinos y ahora quiere sumar a los pinos: sabinas y cedros. Pues pretende el cabildo ya sin leche de cabras, en lugar de aceite y leche, darnos de comer pinocha y basuras de plantas que no dan nada, sino pena, porque se secan al faltarles suelo y agua, que si bien en épocas remotas de ciclos y eras pasadas hubo algo de eso, ahora ya no pega ni con cola. Ya debiera el cabildo cambiar su eterna e inacabada plantación de pinos por olivos que dan aceite de la mejor calidad conocida en el mundo esta tierra, y la tienen envenenada con la resina de los pinos, que no dejan crecer absolutamente nada en su entorno y alcance.
El Padre Báez, que ve la posibilidad de que la isla sea la almazara mundial, y desde aquí surtir al mundo de nuestro aceite el mejor del orbe, siempre y cuando el cabildo quiera -cosa que dudo,  no creo- desaparecer paulatinamente las hectáreas de pinos y las vaya sustituyendo por olivos, y con ello obtendríamos justo lo que necesitamos: trabajo y comida. Y, sin problema: las cabras, no se comen los olivos, y así tendríamos leche y aceite, aceitunas y orujo, y carros y carretas, mantas y varas, etc., etc.
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Una más, y no es la última, sino una de tantas. El tema preocupa e interesa, y la verdad la tienen los pastores:

Buenas, Padre Báez:
Le pregunté a mi tío y a mi abuelo por esa "devastación forestal" que las cabras (y también sus cabras, las cuales Usted fue a grabar en Semana Santa) provocan en el medio ambiente y casi se mean de la risa. Dijeron que era imposible. Algo ya sospechaba antes incluso de preguntárselo a usted (...).
Saludos (E. T. M.).
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“... dicen falsedades...” (salmo 143). / “profeta de soledades, labio hiciste de tus iras, para fustigar mentiras y para gritar verdades...” (del Himno de las I Vísperas de la Natividad de San Juan Bautista).

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