jueves, 9 de junio de 2016

lo del cabildo

Lo del cabildo es, que no tiene nombre...
... y ello, porque cuando en estas pobres y desgraciadas islas, el hambre se pasea ampliamente, y va de aumento de día en día a más y más, dada la desaparición de la agricultura y de la ganadería,
y cada día más por ello se acercan a las sacristías de nuestras Iglesias de creyentes en Dios y de amor al pobre necesitado, a pedirnos algo con lo que matar el hambre, va y viene el cabildo matacabras, sin sensibilidad alguna para estos muertos de hambre, y en lugar de ponerles una cabra, para que maten el hambre y puedan desayunar lechita caliente, recién ordeñada, y hasta hacerse unos quesitos de vez en cuando, digo, en lugar de regalarles a los pobrecitos de Dios (perdón a los ateos por citar a Dios en el que ellos no creen y un servidor y muchos billones sí, también, digo), que estos su preferidos, los pobres, en lugar de poder comer algo de carne, el cabildo se la da a los cuervos -que no existen-, o las dejan se pudran tiroteadas por rifles andaluces, que son expertos en dejarlas accidentadas, y por tanto sufriendo hasta que mueren, con lo que de paso se cargan la ley de no hacer sufrir o de mal trato a los animales, que cuando el hambre nos sube por las patas arriba, en lugar de la caña (la cabra) le dan el pez (leche), que sería la cabra, sino que mal nacidos y sin entrañas, les matan las cabras, y las dejan tiradas en barrancos, laderas, riscos, montañas, etc.
El Padre Báez, que en cuanto antecede, no entiende nada, porque es que no hay sino que ser unos cabrones, una manada de cabrones, unos hijos de malas madres, para matar a las indefensas y ricas cabras, con las que se acabaría el hambre y el paro. Algo tan sencillo, pero por planes ocultos de exterminar ganados y cultivos, hacen que a la tierra no se vuelva, ni nadie se pueda regresar a sus huertos, no sea le pase, lo que a este feligrés mío, que me contó el último Domingo antes de Misa (a las 12,00 horas), que por limpiar un terrenito donde plantar un saco de papas, y por arrancar previamente -limpiando el terreno-, unas retamas, la cosa le salió -sin poder- por 3.000,00 euros (tres mil euros, que pagó religiosamente, para pagar en sueldos a zánganos). Así que, no te dejan tocar ni tu propia tierra, y si lo haces, ya ves el paquete que te echan encima (o encimba). Nada de esto, hay nadie en el mundo que lo entienda.
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Éste es el correo de un muy buen amigo y profesor:

Recuerdo muchos comentarios sobre isleteros, oriundos de los pueblos del norte que trabajaban en el muelle, llevándose consigo sus animales, costumbres...

Me ha gustado mucho verte reír más y bromear en tu último programa, aunque ciertas verdades te saquen de tus casillas, creo que tu sano corazón debes seguir mimándolo.

Considero importante que eduques en contenido, posiblemente mucho más de lo que crees, pero también es importante atender que el cuidado que haces en el material difundido cada vez es más interesante. No obstante, tira un día hacia la costa: muelles, pesca de bajura... será un serio revulsivo reivindicativo para el sector. Lo sugiero humildemente.

Un abrazo.

C. N. 
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Y ésta fue mi respuesta:
Gracias por tu correo C.N. y los ánimos que das. Gracias de nuevo. Sobre el programa de la pesca o del mar, estamos en ello: ya hemos contactado con los pescadores de San Cristóbal, y a ver si embarcamos con ellos y comentamos entre otros asuntos lo de esos peces en gallineros en la mar alimentados con piensos, y por supuesto la problemática pesquera. ¡Ya me pudieras ayudar con algunas preguntas a hacer o temas a tocar!, pues no es mi fuerte y me gustaría acertar. Pues en ello estamos. En tres semanas grabamos lo dicho: sobre la pesca. Un fuerte y cordial saludo para tu mujer e hijas. P.D.- ¿En qué quedó lo de las cabras en tu ayuntamiento? ¿No pide tu mujer se trate en el pleno?

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“... de mar a mar...” (salmo 71).

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