sábado, 23 de junio de 2012

Se avecinan

Se avecinan:

 

Cuando el sector primario, se ha venido abajo, y nada producimos, y esto nos coge echados, y sin estar preparados, para la que se nos echa encima, la cosa pinta negro. Sabido por todos es, que no hay empleo, para tantos parados y éste crece de día en día en número. Cada vez aumenta más –por tanto- el número de los pobres. Sabido –también- que si no nos alimentaran desde fuera, nos comeríamos unos a otros (toda vez, que la pinocha –lo único que producimos- no se come). Y todo va a ir de mal a peor. Y la consecuencia es: que se van a multiplicar los suicidios y en mayor grado la delincuencia (ya tenemos a ambos, y creciendo de día en día). Ayudan a los Bancos, y éstos, nos quitan hasta el techo (la casa).


Pronto nos veremos sin comida –ya hay señales-. Cáritas, no va a dar abasto para tantos, sin comida. Ya es hora de ir recuperando la medicina tradicional (yerbas guisadas o como sean [pregunten a las abuelas, antes que se mueran). Vamos que tener que volver al mechón o vela, también a la leña para cocinar y al agua fría (¡el que tenga ducha!). Van a desaparecer las garrafas de agua en botellas  de plástico, y ni en el chorro, e iremos a fuentes desaparecidas, y nos pelearemos como perros por la vez. Ya sin comida y sin dinero, ¿qué hacer? (¡la soga al cuello!). Aumentan considerablemente –y no es el peor momento- los robos en todas partes.

En niguna esquela o noticias de casos y sucesos te cuentan que el fallecido se suicidó, para no estimular el método y enseñar el camino, pero es alarmante el número de huérfanos y de viudas recientemente, por suicidios de sus padres y esposos. Hay estadísticas –como en Telde donde cada mes, una media de diez fallecidos, es de suicidios (sin contar el resto de la isla). Y aunque nadie lo dice, un servidor se adelanta –porque las ve venir- volveremos a la peseta, con lo cual, retrocederemos, a la cara de Franco o de Juan Carlos. Solo atacan a la Iglesia, echando balones fuera, y nos idiotizan con el juego de balones (el fútbol), pero la salvación, no viene ni de una, ni de la otra (en plano espiritual no hay dudas, la primera, ¡y hasta en el asunto del hambre, la Iglesia la puede paliar en parte, y cada vez menos).

Del Gobierno, o de la Administración, no cabe la solución, porque son ellos los que nos han metido en ésta; y sabiendo lo que hay que hacer, para no perder votos y seguir donde están (¡ellos, sí que están seguros!), no te nombran la palabra “campo” (maldita para ellos), ni por más palos que les des en la boca; y es ahí, donde está la única salida de la que tenemos en cima y cada vez nos aplasta más. Y, o empezamos por el huerto en el pasillo y en las ventanas –para los capitalinos, que abandonaron el pueblo- plantando en botellas y cajas, o de esta no nos libra ni Santa Rita, por más que se lo pidan. ¡Al campo ya, o a su sucedáneo: huerto en casa! He visto en internet, un auténtico cantero de hortalizas, colgado en distintas botellas de plástico cortadas, y colgadas de la pared, donde la de abajo, recoge las gotas de las de arriba, y toda una huerta de las más variadas hortalizas. Y si en lugar del perro, pones un par de gallinas, no te faltarán los huevos diarios, y no es cuestión de seguir poniéndoles ejemplos o dándoles ideas.

Que los que tienen tierra –y si no, los parterres, rotondas, avenidas, orillas, etc.- lo tienen más fácil, pues, ¡p´l campo!.

El Padre Báez.

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