jueves, 28 de junio de 2012

Examen de acceso


Examen de acceso:
Si a los más de 9.000 alumnos que se examinaron para entrar en la universidad tabaibera, en lugar de ponerles examen con comentario de texto sobre:

-        Marx,
-        Nietzsche
-        Sobre el IBI y la Iglesia

Le hubieran pedido el comentario sobre estas palabras y a qué instrumento corresponden cada lista:

-        reja, orejera, cabeza, macera, timón, telera...
-        frontiles, bazón, chaveta, coyundas...
-        pullón, rejada...

¿Cuántos habrían aprobado o pasado a las jaulas (perdón, quise decir “aulas”), si tuvieran que decir a qué instrumento o cosa, pertenecen esas piezas)?

Seguro, que:

respondiendo sobre Marx, es fácil, hablar del materialismo, sin trascendencia, sin espiritualidad, sin alma, sin religión...
respondiendo sobre Nietzsche, más fácil todavía, pues con tal de oponerse a Cristo, hablar del ateismo, y atacar a la razón, cargándose la metafísica (más allá de lo físico), el examen, esta chupado...
respondiendo sobre el IBI y la Iglesia, el anticlericalismo, el odio, el sectarismo, el resentimiento, la venganza, la amoralidad...

De esta forma, todos entran a estudiar en la universidad. Esas son las tres puertas de acceso. Ya dentro, ¡no te cuento!

Pero, si como presumo, a la

Primera cuestión, que comienza por reja, seguro hubieran contestado se trata de un barco, sobre la
Segunda cuestión, que comienza por frontiles, seguro hubieran contestado se trata de un coche, y sobre la
Tercera cuestión, que comienza por pullón, seguro hubieran contestado se trata de una valla.

Pues, con estas respuesta, no hubiera aprobado ni uno, a no ser fuera alguien hijo de un boyero (no que hace bollos, sino que cuida bueyes), y con acierto, hubiera dicho, se trata (por este orden), de:

-        un arado,
-        un yugo, y
-        una aguijada.

Claro, después pasa, que van y salen con un máster o doctorado, para trabajar en la administración, y con un cargo político, ¿quién o cuáles de ellos, van a tener en cuenta el sector primario?

Pero, no acaba aquí mi comentario, que todo esto viene a cuento, porque este feligrés mío, un auténtico artesano (no como los que hacen araditos, yuguitos y aguijaditas de juguetes o de adorno, sino de verdad), que arreglando un arado en mal estado, que le han traído del pueblo de al lado, me dice señalando a la parte añadida:

“¡Con ese palo, debo tener mucho cuidado, porque es de acebuche, lo tuve que coger de noche para que no me vieran, porque si se entera medio ambiente, me desgracia...!”

Pues, ya lo ven, ni para arreglar un arado –él sigue arando todavía con sus vacas- se puede tocar el palo de un árbol estéril, con los millones de ejemplares que existen.

El Padre Báez.

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