viernes, 8 de junio de 2012

Auscultando

Auscultando:

Estos tres, dos o un años últimos, han supuesto un grandísimo cambio en el tabaibal. Aunque la cosa comenzó cincuenta años atrás; después que se dejó el campo, por atender al turismo. Ahora mismo, incapaces de volver atrás –por el momento-. La economía está tan pésimamente mal, que no quedará otro remedio, pero ¡tiempo al tiempo! Los cambios ocurren despacio, y estamos en esa lentísima transición o paso hacia lo que fuimos...

El cambio ha sido tanto, que se vive más la noche que el día. Lejos y desterrado ha quedado aquel viejo y sabio dicho: “el que madruga, Dios le ayuda”. Se dejó el campo, por un servicio que ya no sirve, por no haber a quien servir. Las poblaciones se han sobrecargado de gente parada, y parado ha quedado el campo. Se habla de la dictadura, sin darse cuenta que estamos en otra peor y más dura. La clase política, ha perdido el norte...

Es mentira haya libertad. No se puede tener una cabra, y menos si la tienes soltarla. Hay miedo; mucho miedo a multas. La gente ha perdido la sonrisa, el humor, se ven caras de tragedia. Las elecciones, son una mentira; se insultan, se ofenden, se miente..., y de ahí no salen; repitiendo siempre lo mismo, sin avance alguno (cincuenta años plantando pinos en lugar de higueras (castaños o nogales). Y esto último es un ejemplo de la idiotización y desgracia de la política, que nos mata a hambre o comemos pinocha...

Solo trabajan y cobran, sin producir nada, los uniformados o metidos en la administración. Al cosechero de algo, lo arruinan, hasta que abandona. Todo viene de fuera (la dependencia es total). Prensa libre no existe, sino comprada y vendida al poder, que los calla, y hace decir solo lo que ellos quieren, y están divididos (cada medio, tiene un patrocinador político contrario, que es siempre defendido y nunca atacado)...

La única enemiga a la que todos atacan, es la Santa Madre Iglesia, la única que lucha por la verdad (principios y valores), y la que le saca las castañas del fuego al gobierno, dando de comer a miles y miles de hambrientos, generados, por el abandono del sector primario; que lo tienen todo protegido, y toda acción en el mismo, es castigada (cosa que -¡cobardes- no hacen con el Islam, por ejemplo u otros credos)...

Los pobres, cada vez son más pobres, y las obras que se hacen –sin hacer falta- son faraónicas y destrozadores de bellezas naturales ya irrecuperables, porque lo que ellos hacen “¿no impactan en nada?”, pero sí cualquier cosita que haga cualquier desgraciado, al que le caerá el peso de la ley (sus normas). Nada cambia, sino a peor, y en espiral; peor, con el engaño de que vamos a salir de esta en breve.

Solo dan curso de jardines, y a futuros licenciados en jardinería, sin que esto tenga salida alguno, por no haber jardines para tantos jardineros. Mientras, el campo, guarda el mayor de los silencios. Se pierde la identidad, y las señas de pertenencia, dando más favores a las culturas extrañas –se las promocionan y celebran- que a las propias, que han caído en el solo falso costumbrismo de las romerías, bobaliconamente copiadas y ocasión para el ron y el sexo, sin más...

Se está acabando con el futuro, al degenerar a una juventud, que se pierde, y se perpetúan ellos y vuelven los mismos –ya mayores y ancianos- a seguir igual todo, y a peor. Los Bancos no respetan el derecho humano a un techo, y le quitan las casas a los pobres, con total permisividad de los políticos, que encima ayudan económicamente a estos ladrones de casas y dineros. Tenemos la mejor tierra y clima del mundo, y no se aprovecha lo que Dios nos ha dado. No hay futuro, y se niegan a volver al pasado (¡y no hay otra salida!)...

A todo esto, hay una palabra maldita, que nadie –salvo unos pocos- se atreven a pronunciar, y esa palabra o término es: independencia. Empiezan, lo que no se puede acabar: carreteras, trenes, puentes, etc. con dineros-ayudas, que se reparten gentes de fuera, y dicen crean puestos de trabajo (¡mentiras!). Trabajan aquí, gente de fuera (áreas comerciales, que se llevan a sus países de origen nuestro dinero, y es solo un ejemplo). Nada exportamos, cuando en otro tiempo se hacía a medio mundo y más...

Si se explotara la tierra, muchos dejarían de suicidarse (los hay muertos vivientes). Donde antes trigo, ahora retamas y tabaibas (¡y tantas, que han cambiado el nombre de las islas). Solo se dan prisa en organizar y celebrar un carnaval, que no tiene fin, y tiene continuidad, y así todo el año. El campo esta vedado. Las aceras, están llenas de mierda de perros; cagarrutas de cabras, no se ven ni una (incluso las asilvestradas, hay orden de matarlas [dicen: ¡se comen los pinos!])...

... el Padre Báez.

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