jueves, 21 de junio de 2012

Rabiando...

Rabiando...


... que no indignado (¡que también!), y ello, porque como cantaba Manolo Escobar, “... soy un hombre del campo...”, que es donde nací, crecí y aprendí lo que sé (al margen de las distintas universidades por donde pasé [primero la Escuela de La Lechuza –San Mateo-, después el Instituto Pérez Galdós]). Entonces (nací en 1947), el campo, estaba en su máximo esplendor, pero allá por los 60, me di cuenta, el campo perdía fuerza, brazos, iba a menos..., y así, hasta este triste presente o panorama donde solo quedan ruinas y recuerdos.

Rabiando estoy (¡como un perro!), porque veo que lo que antes daba trigo y papas, frutas y árboles de comida para los animales, está todo lleno de maleza, de retamas, de pinos, y el medio ambiente te prohíbe cultivarlas, porque tienen protegida toda esa basura –en decir de la gente del campo.

Te da rabia, que los políticos (alcaldes todos, presidentes de gobierno y cabildo, y todos sus consejeros y concejales), en lugar de pastores, ganaderos, cultivadores, plantadores, segadores, trilladores, etc., etc., solo te hablan de turismos y turistas. Con el agravante, que solo esperan vuelva la construcción, para seguir plantando cemento donde antes papas y millo.

Cómo no tener rabia –de capirote, que muere en la jaula- al ver que nos traen comida –no sabemos en qué forma cultivada, y que nos enferma y mata- cuando tenemos el paraíso en nuestras islas, llamadas afortunadas en otros tiempos; y más desgraciadas, ahora, no las hay en ningún lugar del mundo, pasando de ser exportadoras al mundo a importarlo todo del mundo.

Ya no rabia, sino desesperación, al ver: que solo piensan en puertos, puentes, túneles, aeropuerto, trenes, carreteras, autopistas, ganando tierra para el asfalto y demás tropelías, etc., y ninguno te dicen de arreglar un estanque (¡al contrario, rompen los que habían, y no te dejan hacer uno nuevo, porque te caen con el peso de sus leyes coercitivas, represivas, asesinas..., y si estudiando, estudiando a los padres de la iglesia atea Marx y Nietzsche, sin que otros filósofos hubieran o hayan (materialista uno, y ateo el otro y anticristiano).

La rabia me come, cuando un don nadie, te multa con un millón de las antiguas pesetas, (6.000.00 euros [€]), por pretender llegar a tu tierra, y el asilvestramiento no te lo permite y limpias el camino cortando algunas ramas de retamas y te las cuentan y te multan, con lo que tienes que renunciar a ir a lo tuyo, y se lo coma la maleza, y ello desde unas leyes absurdas y ridículas, de quienes no tienen ni puta idea de lo que es el campo, y pretenden dar lecciones a los que viven en él.


Te quedas bobo, ¿y cómo no estar rabiando), cuando ves, que el futuro de muchos es la droga, en la que ya están metidos, y de la que no hay quien los saquen ya de por vida, y arruinan a sus familias, se vuelven violentos, depresivos, un peligro y no hay sino que vivir con el miedo, porque nos los derivan hacia el campo, ni a empujones, sino tirados en la calle, habiendo tierras que atender. Solo en la droga y el paro, sino esperando la más dura, y para ello: asesinatos, robos, miradas de terror..., ¡vaya paisaje le quieren mostrar a los turistas!

Más rabia, cuando ves a este pueblo desunido -¡el gran logro de espakistania!-, que nos peleemos entre nosotros (¡yo mismo soy el enemigo número uno de algunos totorotas, porque no le adivino el pensamiento y digo lo que ellos quieren que diga, ¡ni que uno fuera Dios para saber sus locuras, manías, obsesiones, odios, etc. o ideas!), y así enfrentados e insultándonos, bien a nivel personal o desde grupos salvadores de la patria, aunque no sean sino cuatro, atacándonos con furia, cual si fuéramos castellanos del siglo XV, y a los otros, todo se les va en hacer obras para que otros trabajen (macrocárcel, trenes, puertos, carreteras, etc.).

De rabia muero, al ver cómo toda cultura extraña es bienvenida, promovida, exhibida, etc., a costa de la nuestra, que la esconden y disfrazan vestidos de campurrios, cuales si esas fueran sus profesiones, y ni pisan la tierra, no saben lo que es un surco, o un cantero, menos una madre, o un ojo o hijo, con referencia a la tierra. Con todo un patrimonio arqueológico e histórico, abierto y expuesto a expolio y desaparición, con hierros cuando lo rehabilitan...

La rabia de ver, que atacan a Cubillo, nuestro padre de la patria actual, que no defienden su –y nuestra bandera-, viendo que nadie pide ni lucha por nuestra independencia, y traemos a todo artista arruinado y viejo, para que se lleve los pocos dineros que nos quedan, encerrando con siete candados a nuestras jóvenes promesas; realidades, ya, pero a los que no se les da paso...


Rabia, viendo que a la única que da la mano y habla claro (la Iglesia), le dan todos, palos de muerte, para desaparecerla, dando amplia entrada al Islam, del cual no se atreven -¡cobardes!, a decir ni “Alá”, por equivocación, e intentan hundir y silenciar  la voz de los sin voz, a los que les pone la mesa a los que los políticos se la vacían...

El Padre Báez (algunos subnormales, me cambian hasta lo que soy, por mi nombre de pila).

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