jueves, 7 de junio de 2012

¿Crisis?; ¡sí!

¿Crisis?; ¡sí!


Veamos una de las causas, quizás la mayor (así me lo creo, y que alguien me demuestre lo contrario, si estoy equivocado), y no la única:

Usted, por desgracia, tiene un pequeño terreno, heredado, o comparado, y quiere plantar algo en él (frutales u hortalizas). Ve cómo sus vecinos, lo tienen vallado, y usted, pretende hacer lo mismo, en el mismo sitio, y claro, le avisa siempre alguien, que debe pedir permiso.

Y cuando va a cumplir con la ley, lleno de buena voluntad, y con la ilusión del sí, le dicen que no; que no puede poner la dicha valla, y por más que usted dé razones (quiero plantar unos árboles, algo de hortalizas, y bla, bla, bla, poner un pequeño motor, mangueras y regar, para comer de aquello, y que si no se lo comen los conejos..., la respuesta repetida, es que: ¡Nooo...!

Si usted insiste, le señalan una tonga de papeles en el extremo de la mesa, y le dicen: “¡Mire, todo eso son multas, y la más pequeña es de 6.000,00 €!”

Con lo que acaba la conversación, y si se atreve a decir algo más, pidiendo razones, por qué a otros sí, y a él no, le contestan señalándole a un mapa lleno de colores de la isla, y te dicen: antes no estaba declarada la zona, como super-protegida; ahora sí, y su terreno está dentro de esa zona, y no puede hacer nada.

Con lo cual, sale mi buen hombre de Medio Ambiente con un cabreo monumental, cagándose en la política, no creyendo en los políticos, y diciendo: “¡lo mío, para los conejos!” Y ello, con la impotencia de la sinrazón, la depresión, y las ganas de hacer una locura. A la par que reflexiona:

“Ahora comprendo lo de la crisis: si yo hago mi valla, compro la tela, también los postes, el cemento, los alambres, y doy vida a la ferretería; si hago mi valla, compro un motor, y mangueras, y codos, y cubos, y doy vida a una casa de venta de todo eso; si pongo mi valla, doy vida al que vende azadas, picos, palas, etc.; si pongo mi valla, doy vida al que vende árboles, semillas, estiércol, etc., si pongo mi valla, compro, y compro, compro, comp., com.

Con no poner la valla, no compro nada y así cierran todos los comercios del ramo y derivados o complementarios. Los de los camiones transportes tampoco se benefician; tampoco doy trabajo a nadie; ni yo mismo puedo trabajar en lo mío; nada...,  nada llevo a mi mesa, ni al mercado...

Todo viene de fuera.

Y en lo mío retozan alegres los conejos.

Y todo se llena de maleza. Puede crezcan las retamas, las tabaibas, la laurisilva. Y no tardará el cabildo en venir a comprármelo, para plantar pinos, en lo que era mío.

El Padre Báez.

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