jueves, 5 de enero de 2012

Sin fauna nos quedamos sin flora:


Están por recuperar -el gobierno tabaibero- distintas especies, de las que solo quedan muy pocos ejemplares, y ello con ser únicos en el mundo. Y a tal fin, tienen distintos planes u objetivos, para los cuales tienen distintos presupuestos (en época de vacas flacas), y así -dineros apartes-, quieren conservar a toda costa, lo que se nos va de las manos, y para ello llevar semillas a no se qué bancos de lo propio, y así garantizar un determinado número de plantas, o lo que es lo mismo: reforzar la población de flora en peligro de desaparecer o extinción; pero no de cara al momento presente, sino mirando a largo plazo, conservarlas cuanto se pueda.

Hasta aquí, lo que puede ser noticiable, y hasta loable, pero por camino equivocado, según el parecer de un servidor, que como es público y notorio, no es ese mi campo, pero como uno es “mauro” de nacimiento y crecimiento, tengo mi opinión al respecto; y más aún, cambio “germoplasma”, por cabras. Y, no es que desprecie lo anterior, sino que las cabras (fauna) son la solución a problema tan simple, que otros complican.

Ya se debieran dejar aconsejar, los de la consejería educativa, universitaria y sostenible, de los hombres del campo al respecto, que para recuperar la flora toda, solo hace falta una cosa: multiplicar y soltar las cabras. Por donde ellas pastan, hay de todo; por donde las cabras han desaparecido, a la par, van desapareciendo las especies (flora), que quieren preservar.

Para garantizar, pues, la continuidad en el tiempo y espacio, las plantas en peligro, y así mantenerlas, la única medida –contra las medidas del gobierno- es, la ya dada. No se olvide, las cabras  llevan -incluso- más allá del entorno de la planta en cuestión -sea la que sea- su expansión y aumento de ejemplares, y son las únicas garantes en esto de recuperar lo que se está a punto de perder.

Para lo que propongo, sobran boletines oficiales, con sus fechas correspondientes, que nada aportan, sino palabras de inexpertos, con planes un tanto absurdos y ridículos, cuando todo es mucho más fácil y simple: soltar el ganado, y sin esto nada se va a conseguir, salvo perder el tiempo, y de paso también la flora endémica. Pues, el único factor que amenaza la pervivencia de la flora, es el retirar el ganado del campo, siendo como son ellos, los auténticos reproductores de la flora.

Se marca el gobierno un tiempo para tal operación, y a final del mismo, sin ser profeta, se sabe va a ser un fracaso, sino se sigue la recomendación de un servidor. Después de ese tiempo transcurrido (el que sea, pongamos que cinco años, por ejemplo), ya será tarde, para cumplir y conseguir el objetivo trazado, ya que solo cabrá (no digo “cabra”, sino “cabrá”), otro nuevo plan, que dará al traste con lo que desde la creación o aparición del mundo existe, y aquí, como exclusiva mundial.

 Y así, de programa en programas, de plan en planes, de proyecto en proyectos. Que a este estado hemos llegado -o se ha llegado- por la ausencia del ganado suelto, que es la única -repito- reproducción posible, cosa que ha ido en retroceso, desde que el ganado está en corrales y por tanto encerrado, y con ello el riesgo crece de día en día, y cada vez es mayor, ya que este estado de cosas colabora o ayuda a la pérdida de la flora. La simbiosis es tal, que la una, no se da sin la otra.

Sobran técnicas (ni esquejes, ni micro propagación, y otras leches, que dijera el del campo (y no de cabra, precisamente [la leche, sino de tabaibas, cardones, y otros]). Sabido es, que las quieren reproducir in vitro, y llevarlas a departamentos de biología vegetal de universidades a la cola de las espakistaníes.

Y lo explico ya: las cabras, en su pelo, llevan el polen que fecunda la flora toda; aparte de eso, en sus excrementos (cagarrutas), transportan de un lugar a otros, las semillas que depositadas en ese mismo abono, es la mejor forma de germinar y multiplicar lo que está a punto de desaparecer, aún más allá de su ámbito reducido; sin las cabras, todo se vuelve parásitos que las atacan, y larvas que las destruyen, sin más. Por tanto, lo dicho: suelten cabras, ovejas, vacas -si es que quedan algunas- y estará la flora asegurada.

Pero, me juego la cabeza, que no me harán caso, sino cuando ya no haya remedio. ¡Cuánto me gustaría, que los que lean cuanto queda dicho, lo preguntara a algún anciano del campo (los verdaderos sabios de la tierra, y de los que se prescinde, como si fueran analfabetos de una cultura, que les es propia [agricultura]), y verían que no se separan un ápice de lo dicho por un servidor, pero...

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