sábado, 14 de enero de 2012

POPURRÍ 114:


Sobre mi tesis (114):
          “... Propuse qué lecciones abría hordinarias en el collegio de Lima.
Respondieron que de ordinario dos lecciones de Theología scholástica para nuestros estudiantes, y un curso de Artes que nunca falte, començando uno quando otro se acabe, o que antes que se acabe, conforme a la conmodidad de los estudiantes que han de oir, y tres classes de Grammática; éstas parecen bastantes al presente, andando el tiempo se podría poner y convernía que ubiese lección de Sagrada Scriptura. Los estudiantes del cuarto año de Theología de los Nuestros oirán esta lección, y no antes porque no se divierten del studio de la Theología scholástica; lección de la lengua de indios converná que la aya, aviendo oyentes de fuera; y en el Cuzco converná que aya una lección de casos de consciencia.
A mi me pareció lo mesmo que a los Padres, y que la lección de casos de consciencia en el collegio del Cuzco será de mucho provecho para los Nuestros y para los de fuera...”

Dice una oración:
“Te pedimos, Señor, que los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga ligera. Por nuestro Señor Jesucristo...” Pero, ¿cuántos saben lo que es un yugo? ¡Nada digamos de la carga!

Y pensar, que:
Dios... “dio el ser a los animales que pueblan la tierra; él también, con su poder, encerró en el mar a los animales que en él habitan, después de haber hecho unos y otros”, como decía en carta –entre otros asuntos- a los corintios san Clemente primero, papa (les libro de la cita). Hoy, ¿animales en la tierra?, ¿y peces en el mar?

Las burras:
“... a su padre, Quis, se le habían extraviado unas burras, y dijo a su hijo Saúl: -Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras...” (I Sam. 9, 1-4.17-19; 10.1a). ¿Burros?, ¿dónde?…, ¡y de estar con ellas, salieron reyes!

¿Quién permite este atropello?
Que el campesino (agricultor o ganadero), venda en la tierra su producto a pocos céntimos -menos de diez- y luego el consumidor, pague por ese mismo producto varios euros -siempre más de uno-.

Esto hace que el productor...
... muchas veces no le compense recoger el fruto de su trabajo y gastos, y lo deje en la tierra, pues le saldrá más barato dejar de recoger la cosecha, que hacerlo, pues en ello ha de sumar los jornales a pagar o él mismo en hacerlo, para encima perder todavía más.

Justo otros, sin sudarlo...
... sin pagar costes y trabajo, se lleva una ganancia desorbitada, y tanto, que lleva al cosechero o productor a abandonar su trabajo y no repetir la faena, con lo que la tierra aumenta en su vaciamiento y de paso se reduce el número de agricultores y se amplía el paro.

Pero da la impresión...
... que esto está orquestado: marear y aburrir a la agricultor, para que abandone y deje expedita su tierra, pero ¿con qué intención y fines?

Más aún: el juego...
... debe estar entre el comercio y el gobierno; pero, ¿quién es el responsable máximo de este abuso? ¿quién permite que el comercio abuse como lo hace injusta y canallescamente?

Pero hay más:
 ¿es acaso el comercio quien manda en espakistania y por ende en el tabaibal? ¿no hay freno ni control al comercio, para evitar esta corruptela sin nombre, por parte del gobierno? Yo vendo mis papas a 0,04 €, y el que me las compra las vende a 2.00,00 €. ¿y esto es justo?, ¿y lo permite el gobierno?

¿Tal vez el gobierno...
... es gobernado por el comercio? Es la impresión -y es real- que da; pues si no pone remedio, freno y corta esta situación, es cómplice, al aceptar sin más los caprichos del comercio?, ¿o es que no hay leyes para eso, ni el poder tiene autoridad para frenar y cortar estos abusos?

¿O es que se esconde...
... europa detrás de todo esto?, que como supragobierno, intenta desaparecer una agricultura -la nuestra- para imponer y beneficiar a otra según no se sabe qué criterios, y entra en el juego el señor cañete, como ministro del ramo, que todo se va en visitas a la sede de la cosa esa europea, para decir sin más: “¡sí güana, sí!”

Ahora ya, sí...
... se puede saber por qué se hunde y desaparece la agricultura, en lugar de fomentarla e ir en aumento. E igual se diga de su hermana la ganadería. Aquí, hay gatos y tigres encerrados, ¡y muchos cómplices! Nos plantan pinos, y nos siembran tabaibas. Esto producimos. En esto hay puestos de trabajo...

Porque sorprende y mucho...
... que el gobierno, no haga nada contra este atropello a los agricultores, si es que tienen la tarea, oficio y obligación de gobernar, que permite se carguen la agricultura -y la ganadería de paso-, sin que para ello muevan un dedo. Y si ellos no lo hacen, ¿quién lo va a hacer?

En contra de todo lo dicho...
... –y más que pudiera, si no quisiera cansarles- es que todo y más, se les va en turismo, al que quieren cambiar y poner como sector primario. Pues a mí, que me lo expliquen, ¿qué leche da el turismo?

Todo lo anterior...
... sirve, para acabar con sectores productivos -hasta el presente-, que por no cubrir gastos se dejan o abandonan, con lo que entramos en una mayor miseria, paro, calamidad, porque turistas -por más que estén los hoteles a reventar-, no se comen, ni nos dan de comer (salvo a un 2 % -dicen que el 12 % , pero no es cierto-, que sí que comen de ellos, pero somos muchos más los que quedamos fuera: 98 %). Nos tienen ciegos con el turismo, para que no veamos la realidad: el campo se abandona, desaparece la agricultura, la ganadería..., y todo ello con total permisividad por parte de la clase política, incluida la menor (los alcaldes [salvo testimonialmente, unos dos o tres, como es el caso de Agüimes, San Mateo, La Aldea, y paro de contar]), que son la voz de sus amos -y solo sueñan en hacer hoteles en sus pueblos-, y repiten cuales cacatúas, lo que dicen los presidentes de ambos lados, que responden a planes secretos de más arriba: hundir y desaparecer el Tabaibal (repleto de turistas, y vacío de comida); huirán los turistas, y nos quedaremos sin turistas y sin sector primario, y la isla llena de tabaibas y de pinos, pero sin una cabra, y sin un cantero de papas: ¡tiempo al tiempo, y verán si tengo o no razón! O se subleva el campo, o nos comemos unos a otros.

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