jueves, 19 de enero de 2012

DESPILFARRO Y DERROCHE EN LA GESTIÓN CON EL DINERO PÚBLICO


Vamos a repetirlo, y a decirlo un poco más alto y más grueso (mayor tamaño de la letra): DESPILFARRO Y DERROCHE EN LA GESTION CON EL DINERO PÚBLICO. Pero no por mucho acrecentar el tamaño de la Letra, es más verdad, pues pudiéramos ponerla al mínimo (DESPILFARRO Y DERROCHE EN LA GESTIÓN CON EL DINERO PÚBLICO), y es lo mismo. Pero, vengamos al hecho, dejando este juego de tamaños; que lo único grande aquí, es el “despilfarro” y el “derroche”, de los dineros públicos, por parte de los gestores, gobernadores, presidentes, administradores, etc.


El dinero -de entrada-, nos lo dan (se lo dan); venga de donde venga, para remediar las calamidades (no en el sentido de Cáritas) y conseguir cambiar las cosas, para mejorar la situación social, cultural, económica, etc.. Pero a estas alturas de mi comentario hagamos la pregunta básica: ¿en qué se lo gastan o lo gastan? He ahí la cuestión.

Sospecho y supongo, el Gobierno da dinero para: Sanidad (hacer nuevos hospitales o mejorar los que tenemos), educación (arreglar los Centros que existen y hacer alguno nuevo si hace falta), carreteras (no para cargarse la isla con túneles y puentes; ejemplo Mogán, La Aldea, Silva, etc.-, sino para arreglar las que tenemos), y etcétera, porque son algunos ejemplos, pero ¿qué es lo que pasa?

Pasa, que se lo gastan en asuntos superfluos, en asuntos sin trascendencia, y sin que ese dinero revierta en bien alguno. O más claro aún: no es un dinero que revierta en eficiencia alguna. Todo sigue igual y a peor, o para atrás, como los cangrejos. Se hacen desembolsos multimillonarios, que no sirven para nada (esto último debiera repetirlo, y ya que no lo hago, lo haga el lector y lea simplemente -por favor, si es tan amable-  otra vez lo subrayado).

Y así tenemos, que lo prioritario -según parece y a las pruebas me remito- es, para nuestros gestores-administradores-manirrotos...: limpiar laderas de barrancos (más de un millón de euros), llenar la isla de telas metálicas cual gallinero gigante en previsión de la caída de una piedrecita (más de tres millones de euros), plantar pinos (no se sabe ni ¡cuántos millones de euros!), etc., etc.

Dineros que nada produce, sino justificar que se emplea en algo que no es secundario; y terciario es mucho todavía, a la par que en fomentar lo prioritario (el campo: ganadería y agricultura, nada de nada).

Y no se me quede fuera lo de la duplicidad y multiplicidad en administraciones, organismos, ventanas, ventanillas, hasta marear a un santo, para al final, nada de nada.

Y, por si fuera poco, ahí tenemos a una cosa llamada Gesplán, llenando la isla de cardones; patrullaslimpiaorillasdecarretras en lugar de limpiar cercados y plantar y sembrar en ellos comida para un pueblo en paro y con hambre. Y esto, por poner otro ejemplo más, de la situación. Ahí, y por ahí, los chorros de dineros que no revierten -como ya se dijo y se repite- en bien alguno, sino en perjuicio del común, que con ese dinero bien administrado en causas nobles y en creación de puestos de trabajo, serían la solución de tanto paro, pero al no tener más proyección que la inmediata, sin que se siga esperar algo de lo hecho, sino que se repita lo mismo pasado algún tiempo, volver a limpiar lo mismo, y volver a replantar sobre lo plantado que no pega, una, dos, tres, ¡y cuantas veces haga falta, sin hacerlo!

Y aunque tengo argumentos mil -que poco a poco he ido deshojando en los popurrís, y seguiremos si Dios me da vida-, no me voy a repetir (que si turismo, carnaval, perros...), sino que voy a dejarlo aquí, por ahora, porque el mucho decir, pudiera hacernos perder el hilo de la cuestión.

El Padre Báez.

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