miércoles, 25 de enero de 2012

POPURRÍ 125:


Sobre mi tesis (125):
Dos años más tarde refiriendo el Padre Plaza la visita de Potosí, abre más su juicio sobre los mestizos de aquella ciudad y sobre sus posibilidades de vocación eclesiástica:
“La segunda dificultad (para fundar colegio) es que en esta villa de Potosí no hay muchos españoles ni criollos, todos son mestizos, hijos de españoles y indias, y éstos comúnmente son poco aptos para ministerios eclesiásticos porque tienen muchas costumbres de las madres que los crían; allende de esto ellos se aplican poco a ministerios de iglesia y ansí parece que no se juntaran en este asiento de cincuenta estudiantes arriba” (31).

El Señor Obispo...
... ayer, el día de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, hizo una homilía preciosa: después de recordar y sintetizar las dos cartas pastorales, sobre la palabra y la familia, se dirigió a los periodistas, con la invitación de Jesús a que nos convirtamos, tanto como que cambiemos; sin embargo, son los periodistas, los que de continuo, pretenden y piden a la Iglesia que cambie ella, y se ajuste a sus patrones. Y añadió el Señor Obispo: ¿desde qué base ética, principios o valores parten los Medios de Comunicación? Y, ¿a quién hemos de hacer caso: a Jesús o a ellos? Todo esto, y mucho más (que solo resumo).

Y eso de tantas policías es...
... ¿una fiesta o una redada? Me refiero a los carnavales. Ya están calculando el número de policías y demás, que han de vigilar a los carnavales, y cuántos efectivos espakistaníes, tienen que venir como refuerzo. La verdad, que más que una fiesta, eso parece una manifestación de indignados a los que hay que: controlar, dirigir, aporrear, etc., etc. A mí, ¡no me cogen ahí!, ¡ni eso es ya una fiesta! Aunque la cosa se repite. Cree uno, que un par de ellos, es hasta obligado y necesario, pero miles de policías, ¿no van a ser más que las máscaras?

Aquí ya de pastor...
... como no sean los que tengan ese apellido..., porque de los otros..., de los otros, como no se den prisa en buscarles repuestos, pronto pasa a ser una profesión, que ha desaparecido. Testimoniales y residualmente quedan unos pocos, pero a menos. El otro día supe de uno, que ya solo tiene cincuenta cabezas, y ¡a menos! Pues, ¡vaga ganado! Toda vez que nos traen leche del mundo entero, y la nuestra vale menos que el agua (¡el litro!), pues nada raro, que desaparezca. Siguen, los que lo hacen para no morir de aburrimiento, pero no por la rentabilidad. Encima tienen que comprar el pienso, porque no los dejan comer hierba...

¿Qué llegaron las lluvias?...
...¿a dónde? ¡Mira que son mentecatos!: Que ha llegado la lluvia, y todo ha sido mojar sin calar ni un centímetro; y por otra, no se ve una nube por ningún lado. Entonces, ¿a quién engañan? Y es que le hacen caso a los metereólogos  u hombres del tiempo, sin querer darse cuenta, que más vale consultar a esos cuatro pastores que aun quedan -antes que desaparezcan- nos enseñen a echar las cabañuelas; dan siempre en la diana y nunca se equivocan. Pues, ¡cultura que perdemos!

La prevención del paro es...
...que sube. ¡Eso, echando cálculos, es lo que ven venir! Que el paro antes que descender, va a ir a más. Pero esto, es una verdad de Perogrullo. Mientras el campo siga cerrado con siete candados; al campesino el intermediario lo hunda, y mientras no haya quien defienda al sector contra el primario (ahora primario es el turismo), el paro crecerá como berros. Pero conste: el campo eliminaría ipso facto el paro, pero... ¿qué interés oculto se esconde detrás de todo esto? ¡Ah, amigos! Ahí, la madre del cordero (¡vamos!: la cría de la oveja).

Cada vez, son más...
... los que se van. Y más que se irán. La pena es, que nos estamos quedando -igual que África, con la emigración de su gente joven y preparada, solo con la vejez y los sin formación- sin la juventud, que se van a enriquecer a otros países y a ganarse la comida fuera, porque aquí se le impide y no abren puertas, y si siguen o se mueren de hambre, o roban para comer (y si en a cárcel, hasta la comida se la traen de p´fuera; ¡nada de aquí, porque no tenemos sector primario-primario. Y toda vez que los turistas no se comen, pues...: ¡pasaje, y a volar!

La verdad del turismo... ... es: que cada vez vienen menos, pero nos engañan... ( me refiero a los espakistaníes). Primero que está todo a rebosar; todos los días que estamos a tope. Y Ahora, ya contando bien, uno a uno, resulta, que las cuentas no salen, perdemos turismo, pero para no desmoralizar al personal, todos los días crecemos en turismo; y tanto, que nos tendremos que ir, para que quepa tanta gente. ¿Vendrán a cultivar la tierra? ¡Si nos lo dejaran hacer a nosotros, seguro la gente no se iba! Pero, nos vamos a quedar con solo turismo. Y después, ¿qué?

¿La Cumbre?...
... ¡La Cumbre, ignorada! No me refiero a la de altos ejecutivos, o a la de políticos algunos, sino a la geográfica, a la que está por encima de San Mateo, y es la corona o círculo central dela isla del tabaibal: que solo piensan en hoteles y apartamentos, en turismo y en carnavales, y en ello: todos los alcaldes, por más que sean maúros del campo; que no, que para La Cumbre: extensiones vírgenes de terrenos sin producir, solo hay un plan: seguirla destruyendo con más pinos, y pinos por camiones (¡nada digo de la pinocha, pues nos podemos hasta bañar en ella!).

Gracias a las carrozas...
...hay algo de ganadería. Ya es triste y humillante, que un pobre boyero -no que haga bollos, sino que cuida de bueyes y vacas-, tenga a éstos, no para arar la tierra, o por la leche que dan, sino para llevarlos de pueblo en pueblo, y la capital, para que tiren de las carrozas, y de paso antes: estar en al Feria, y sean vistos como un parque zoológico al aire libre. Bajar a esto la dignidad del sabio de la tierra, es degradante. Y pero, cuando saltándose el derecho de los animales a no sufrir, los hacen girar con cadenas de acero dañándose las patas traseras, al tener que volver 180º, arrastrando sacos de arena, para deleite de la chiquillería, o al sol horas y horas, o en el camión resbalando tres horas, mientras el amo, come en un restaurante, a orilla de la carretera...

Todo sube, para el que compra...
...y todo baja, para el que vende. Cierto: cada vez todo es más caro, para el que tiene que comprar para comer; sin embargo, cada vez baja más el precio al que le compran al que produce eso que comemos; con lo cual se da un contrasentido consentido, por quienes en justicia, deben y tienen que parar esos abusos e injusticias. Cómo recuerdo la mujer de Lalo, el pastor de La Cumbre, cuando le dijo al intermediario (lo tengo grabado): “¡Ah cabrón, me compras el queso a seis euros!, y lo vendes ¿a doce?” Y pregunto, ¿no clama esto al cielo? Y otra: ¿quién debe corregir este -y otros- abusos?

Vacaciones gratis a...
... cualquier lugar del mundo: los Erasmus. ¡Hombre, uno que fue estudiante, y pasó por tres universidades (Sevilla, Salamanca y Madrid), no entiende que las horas de biblioteca, lectura, estudios, madrugadas, horas extras, exámenes, tesis, tesinas, trabajos, etc., etc., se hayan cambiado por turismo estudiantil, y para estudiar algo, la posibilidad de viajar al rincón más apartado del planeta! Y claro, en la medida que somos receptores, también somos emisarios, y así, los estudiantes cruzando el mundo en cruceros estudiantiles, para aprender otras culturas, en lugar de una carrera, con la que pueda aplicar a su propio mundo y ambiente. Lo dicho: ¡mucho por volver a sus fueros!

“Salió el sembrador...
... a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue de treinta o del sesenta o ciento por uno...” (Mc. 1, 1-20).

Nota:
(31).- L. LOPETEGUI: O. c. pág. 392-3.

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