lunes, 30 de enero de 2012

¡¡Peligro, peligro...!!

Mis amigos, hoy lunes, recibo este correo, que hago extensible a todo el tabaibal, y fuera de él. Debemos, actuar, como se nos sugiere, para evitar un daño -luego irreparable e irrecuperable- a nuestro maltrecho patrimonio arqueológico e histórico. Ruego por favor lean con detenimiento este correo, y se fijen en las tres fotos, en lugar de las trescientas que les pudiera mostrar, pero si como bien dice el refrán, “para muestra basta un botón”, con las que van ahí -para no cargar y pesar demasiado el correo, y les entre a todos- hoy con el ruego, siguiente: por favor, háganlo extensible a todas sus direcciones, y así lleguen a cuantos más, y así poder frenar o impedir daño semejante al que les muestro, y nos dicen.

“Buenos días cura, ¿cómo está? Espero que bien.
Hace unas semanas escuché la entrevista que le hizo al alcalde de San Bartolomé, y me sorprendí cuando dijo que Arqueocanarias, la empresa del destructor Valentín Barroso va a intervenir en Arteara. No lo podemos permitir, hay que movilizar a la masa. Ayer estuve en Temisas, visité la Audiencia y tiré para Arteara, para verlo antes de que se metan allí, y por lo que estuve viendo ya le han metido mano: piedras rodadas, caminos en medio del yacimiento (no utilizan planchas pero como que lo están preparando para ello, no me fío). Una pena que lo vayan a destruir. Aunque sé que a usted no le gusta este ejemplo vuelvo a explicarle lo mismo. La cueva pintada (rayada) no está reconstruida. No es solo la cueva en sí, sino su alrededor; hay un complejo de casas cruciformes, y lo que hicieron fue limpiar la basura y dejar las casas como estaban sin hacer nada encima, es más en vez de reconstruirlas (como el Maipés de Agaete) lo que hicieron fue construir dos imitaciones (lo que le dije en su día: que hicieran los túmulos en las rotondas). ¡Y esas tenemos!
Sobre mí pues no hay novedad desde la última vez que nos escribimos: monotonía.
Espero de nuevo que esté bien y saber pronto de Usted.
Fuerte abrazo, de quien verdaderamente le aprecia.
X... .”
Mis amigos, hasta aquí, el correo de alguien sumamente preocupado por nuestra cultura -aún y a pesar de su juventud-, tal vez discípulo e influenciado por un servidor, que como pueden ver, no tiene desperdicio, y creo que por la voz o grito de alarma -y como testigo y defensor de lo nuestro-, nos advierte de un previsible, presunto y probable atentado a nuestro Patrimonio arqueológico. Siempre dije -y repito-: “la mejor restauración, es: no restaurar”. Sobretodo, si “restaurar”, es restar y destrozar lo que tenemos y hemos recibido como legado único y excepcional.
Pasemos a ver cómo enterraban los guanches a sus difuntos o finados. Les muestro una foto, realizada ayer mismo (día 29 de enero del 2012), en una necrópolis que es privada -y que el cabildo en lugar de encerrar y cubrir las laderas altas a las orillas de la carretera que va de Agaete a La Aldea, con tela metálica, tipo gallinero, y les dan a los de ese comercio-mercado 3,5 millones de euros, ya debiera comprar este yacimiento, pegado al de El Maipés, en Agaete, del cual veremos las dos siguientes fotos; pero evitar que caigan unas piedrecitas a la carretera, a la que se les hace ya una doble con puentes y túneles, prefieren este yacimiento -a la altura de las pirámides de Egipto o más-, se deteriore, y esté sin cuidado, ni vigilancia, en una finca privada, donde priva el abandono y el descuido. Pero, vengamos al grano: obsérvese, cómo eran las tumbas o túmulos funerarios de los guanches, y esto que vemos aquí, está igual en la necrópolis de Jinámar, como en la de Arteara, a donde van -si no lo están haciendo ya- operando en un lugar sacro, por contener y tener los restos de nuestros antepasados, en cenizas, polvo y huesos; que en su forma se aprecia, la falta de rectilínea alguna, sino más bien con la forma redondeada, con la inclinación que se ve, y no la de ángulo recto que veremos y plana, y horizontal cuando las “restauran”. Nótese -pues- bien, cómo estamos ante una tumba, y así todas al cien por cien, con forma -repito- abovedada, u ovoide. Pues véase, cómo cambia, si la cogen manos “restauradoras”, 
y en qué las convierten:
Visibles desde la carretera, cuando se sube hacia el Valle de Agaete, sin necesidad de bajarse del coche, haciéndolo muy despacio, toda vez que no hay donde aparcar, y es el caso, que evidente, y más claro imposible, esto no se parece en nada, pero absolutamente en nada, a lo anterior. Se aprecia de entrada, que para reconstruir un túmulo, con esta nueva y desconocida estructura de los guanches, se ha limpiado de piedra el entorno, y todo es casi tipo picón, pues han retirado y han desaparecido un suelo original, para dar nuevas formas, que por ser solo una foto, no se pueden ver las otras, y que espero el lector curioso de este comentario, se de un salto y se asombre al ver lo más disparatado y absurdo, contrario al muestrario que queda sin “restaurar”, como si de otra cosa se tratara, por no haber parecido alguno, entre lo que es auténtico y lo que es ficticio. Nótese la forma de tarta o de queso, donde predomina lo circular, lo rectilíneo y lo horizontal, todo ello nuevo y distinto al original, en una recreación donde ni por casualidad hay algo que rememore el original. Y, si esto es, lo que se va a hacer en Arteara, siendo los mismos, que han hecho este desaguisado y disparate en Agaete (El Maipés), es como para echar las campanas al vuelo, y parar eso, hayan o no comenzado. El pueblo tabaibero, el espakistaní y el extranjero y mundial entre nosotros, no debiera permitir y evitar este daño que se pretende infringir a nuestro yacimiento mayor o principal: la Necrópolis de Arteara, con sus más de mil tumbas, pues es patrimonio de la humanidad y el mundo todo (incluidos los indignados), deben parar lo que es un atropello a la cultura universal.


Pero queda la tercera foto, de este comentario, y no es la que más planchas de hierro muestra y ello, por no entrar en el recinto sin permiso (foto que hizo alguien que me acompañaba, pero que no entré en el yacimiento, como lo probaría un testigo más), pues te amenazan con ello, en lugar de ir al grano. Y, aquí el grano, es más que pesado. Nótese esa gran avenida, que circunda y cruza todo el yacimiento, desde su base a la parte más alta, formando virguerías, adornos, murallas, asientos, paneles, explanadas, escaleras, bordes, etc., etc., y que por mor de no tener el permiso preceptivo, no puedo mostrar, pero que está dentro de forma exageradísima, y sin venir a cuento, por no ser material usado por los guanches, y sin que justificación alguna haya para meter tantísimas planchas en número incontable en no solo este yacimiento, pues lo mismo han hecho en La Guancha, como se puede apreciar, sin entrar en el yacimiento. Si, van a hacer lo mismo en Arteara, donde nunca antes, nadie necesitó de  esas avenidas, bajo las que -me juego la cabeza- hay tumbas desaparecidas, y como se puede apreciar en la foto, esa “carretera” -y las que no se ven-, fueron abiertas seguro, por tractores que todo lo desaparece y aplasta: formas, cerámica, huesos, etc., como es visible al que quiera verlo en EL Maipés de donde mostramos esta tercera foto, que tampoco es la que mejor refleja lo que aquí decimos. Para terminar: por favor no permitamos, se repita esto en Arteara. ¡¡Salvemos entre todos a Arteara, de manos profanadoras, que rompen y destrozan nuestro rico y nunca bien respetado patrimonio. El futuro, nos juzgará por ello...  El Padre Báez.

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