jueves, 12 de noviembre de 2015

miel



En El Tabaibal, sin agricultura...
... nos quedamos sin abejas que polinicen nada. ¡Otro de los logros de acabar con el sector primario!: nos quedaremos sin nada que echarnos a la boca, salvo tabaibas y retamas, que precisamente no son muy dulce que digamos (se decía: “más amargas que las retamas”). Es decir: a más agricultura, más abejas; a menos agricultura, menos agricultura; a ninguna agricultura, ningunas abejas. Y esto, desde que el mundo es mundo.
Y son verdades de Perogrullo. O más claro todavía: las abejas “nacen” con el comienzo de la agricultura, y “mueren” o desaparecen al desaparecer la agricultura que las sostienen. Y no es cosa que haya investigado la universidad de las palmas del Gran Tabaibal, y ni el cabildo se haya enterado, porque de lo contrario, “otro gallo nos cantaría”, u otras mieles comeríamos. Que son otras las universidades que se meten en panales (la nuestra en pañales). Vamos a repetirlo: las abejas son inherentes e inseparables a la agricultura; sin ella (la agricultura), desaparece la apicultura. Y ello, porque la agricultura es el medio (no miedo) de las abejas; es el lugar apropiado de las mismas, al ponerles el paisaje adecuado para su multiplicación y persistencia (o existencia). Más claro todavía: en la medida que la agricultura ganaba terreno, en esa misma proporción se multiplicaban las abejas (y a la inversa [que también las ovejas, pero eso, para otra ocasión]). Donde hay agricultura, hay abejas, donde no hay abejas, ni agricultura, hay hambre y paro. Con la agricultura: trabajo, comida y con qué endulzar el café con leche (aunque no sea de ovejas [no confundir ovejas con abejas, ¡digo!]). Y es que: las abejas siguen -como la sombra- a la agricultura. Y, para que liben, el cabildo le ha plantado toda la isla (ese es el proyecto) toda de pinos, con el complemento de las tabaibas, cuya leche amarga (de las tabaibas) y la resina de los pinos, las abejas ¡ni las prueban! Pues, mis amigos, ¡estas tenemos (o nos dan)!...
El Padre Báez.
“... todo esto nos viene encima...” (salmo 43). / “... deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal...” (salmo 19). / “... ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca...”  (salmo 119). /  “... panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos...”  (Proverbios 16). / “... el hombre saciado aborrece la miel, pero para el hombre hambriento todo lo amargo es dulce...” (Proverbios 27). / “... miel virgen destilan tus labios, esposa mía, miel y leche hay debajo de tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano...” (Cantares 4). / “... una tierra que mana leche y miel,..” (Éx. 3 y Lv. 20)....

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