sábado, 21 de noviembre de 2015

cabritos



Nuestras cabras, cabrones (y cabritos) y baif@s del Gran Tabaibal...
... nuestras cabras son especiales, son únicas y excepcionales, las mejores del mundo, y sobre todo las llamadas guaniles, que son a las que me refiero, las que mata el cabildo. Nuestras cabras son solicitadas y deseadas internacionalmente, dadas sus características genéticas y morfológicas, una especie singular y endémica y propia en exclusiva de este lugar, dadas las condiciones de su alimentación y libertad, que las ha ido cambiando y mejorando la especia, y tanto que las hacen diferentes o distintas y una nueva nomenclatura o raza.
A pesar de todo esto, y lo que a continuación añadiré, el cabildo decide acabar con ellas y desaparecerlas del mapa (lo que otros desean, el cabildo desecha). Nuestra cabaña cáprica, si hubiera que retirarlas de un sitio determinado, se puede hacer sin matarlas, partamos pues de este principio, pero sigamos sobre el estudio de las características de nuestras cabras, cabrones y sus crías. Ante el mundo animal, nuestras cabras son sorprendentes y la envidia mundial del sector ganadero. Digamos antes de seguir -no se me quede en el tintero- nuestras cabras, son las efectivas y reales favorecedoras de la biodiversidad y de la biomasa, y el cabildo matacabrero que tenemos ignora y desprecia este valor superior que poseemos, ¡y las matan! Y lo extraordinario es que acaban con la perla ganadera que tenemos cruentamente, en lugar de defenderlas y extenderlas y reproducirlas de cara a una mayor y mejor reforestación que la humana dado que lo han hecho siempre, y que lo hacen como desde toda la Historia, paralela a la nuestra y gracias a ellas, hemos tenido un edén o jardín que justo viene a menos en la medida que desaparece o se disminuye el número de cabezas de la cabaña cáprica o caprina. Tal es así, que comparadas estas cabras con las de los corrales o en chozas caseras, éstas, las guaniles se las puede y deben llamar una raza nueva y distinta, dada sus características al adaptarse a un medio distinto y tener una alimentación sana por ser natural. Hablo de raza -y vuelvo sobre este asunto- son una raza, habida cuenta se trata de unas cabras (cabrones y sus crías), con un genotipo  tal, que les deviene por una genética distinta y una morfología nueva adquirida según su hábitat y alimentación, que las hace casi como becerros, en corpulencia, elegancia, eficacia, resistencia, fuerza, firmeza, presencia, etc., etc. Son diferentes, y el cabildo que tiene la obligación de defenderlas, preservarlas, multiplicarlas, ¡las mata!, es irracional y de demencia, sin sentido y sin lógica alguna que justifique este magnicidio caprino. El cabildo se está cargando -matando- un patrimonio genético propio, sin nombre (los animales y la acción contra ellos). El cabildo de un tal sr. morales, sin moral, quiere acabar con las mejores cabras, a las que se le dan caza (y defiende y procrea pajaritos grises y lagartos)...
El Padre Báez, que seguirá con este drama en el campo tabaibero (antes canario).
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“... ¿hasta cuándo buscaréis el engaño?...” (salmo 4).

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