sábado, 21 de noviembre de 2015

adulador



El adulador de turno tabaibero, barriobajero...
... que presume de investigador, y justifica la matanza de la cabras; esperará una subida de sueldo o un ascenso laboral, ¡no te digo! Dice esta joya, que -no merece citemos su nombre-, que: él avala el control de las cabras, solo le parece mal, que los tiradores no sean de aquí, donde defiende también los hay para el mismo fin (nacionalista él);
se llama experto no sé si de escuela, instituto o universidad caprina o cabrona, y le echa un capote al cabildo de aquí, y se ha creído es él el gran experto en cabras, ¡ni que las conociera en plan bíblico!; y porque si el daño es irreparable por parte de sus amadas y queridas cabras, habrá que sacrificarlas (¡ya me lo dijo todo!); pero insiste esta joya de las cabras que los matarifes sean de aquí y no de españa peninsular; y piensa que el cabido habrá hecho un estudio serio sobre las cabras y su incidencia en el miedo o medio; y si son dañinas, las cabras deben ser erradicadas (¡pobrecitas mías!); sin embargo, se le escapó y dijo, que: donde hay cabras aumenta la biodiversidad y la biomasa (pues, ¡toma cabildo, una de cal y otra de arena!), ¿en qué quedamos, hacen o no daño las cabras?, y dijo es cosa de estudios que se han hecho. En su bondad, quiere que el sacrificio si se ha de hacer no se las haga sufrir, y sea delicado y no cruento (mi, no entender); pone un buen ejemplo en línea de lo que aquí sucede, y es que en Fuerteventura hay cabras que van de por libre, sin control o pastor (¡vamos, como las nuestras guaniles!), Y nada importa las nuestras -como aquellas- según estudios son cabras que genética y morfológicamente son diferentes o especie única y propia; Y añade -en bendita hora-, estos animales así, no se les debe eliminar (como hacen aquí, con las nuestras), pues, ¡toma cabildo!; se trata de un genotipo diferente, y ¡hay que respetarlo y no destruirlo (y planten endemismos en las azoteas de sus casas, cabildo y su miedo ambiente); se trata de un patrimonio, y debe preservarse (¡y punto!). Y vuelve: que prefiere tiradores de aquí, a los de Doñana...
El Padre Báez, que continuará con este asunto caprino.

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