viernes, 11 de marzo de 2016

Saúl

Lo de Saúl, de Moya...
... fue más que una sorpresa. Tengo un programa en televisión en el que defiendo y ayudo a la ganadería, a la agricultura, a la arqueología..., y éste fue el correo que recibí -uno entre tantísimos-: Hola soy Saul tengo 13 años y me gustaría salir en tu programa. Tengo dos machorras y un carnero. Me encantaría salir en tu programa. Mi número de teléfono es 600600600 (es un suponer). Yo te llamo mañana a las 11, ¿te parese bien? Un saludo: Saul. (la puntuación y arreglos gramáticos, en parte, es mía -de un servidor-, y no quise corregir el verbo parecer, ni acentuar su nombre: Saúl).
Enseguida me puse en contacto con él, y a los dos días estaba con la cámara de televisión grabando sus animales, con sus amigos, padre y abuelo. Por supuesto sobresaliente el cariño y las sorpresas con sus animales de este niño, que con pasión pedía a Los Reyes una cabra más, y sus padres más preocupados por sus estudios, nada prometían al respecto. Pasaron quince días, y Margarita Martel, una feligresa de Cazadores, a las puertas de la Iglesia, previo la Santa Misa, me dice. “¡si tuviera una cabra, se la regalaba a Saúl!”, pero, no pasaron muchos días, y me llama Saúl, para loco de alegría decirme, le habían regalado una machorra más, y parecía más contento que si tuviera zapatos nuevos (que eran entonces nuestra mayores alegrías, y un gusto y placer de muy pocos), que lo que es ahora, los hay que se alegran con una cabra más en su incipiente rebaño; éste, le dije, “¡nunca te mandará al paro, y aunque no debes dejar los estudios, con las cabras, nuca tendrás que emigrar, ni ir al paro, ni pasar hambre!”
El Padre Báez, que les dice: si este niño consejero o presidente del Cabildo fuera -en su día-, ¿se imaginan cómo iban a cambiar las cosas en la isla respecto al paro y al hambre? Por lo pronto, si Saúl fuera en su día presidente del cabildo, cierto, más que seguro, no iba a matar las cabras, como hace el presente presidente y su consejero de cabras (y me imagino que también los otros consejero).
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“... los ciega la maldad...” (Sab. 2, 1a. 12-22). / “... intentan matar...” (Jn. 7,1-2. 10. 25-30). / “... una tierra excelente... las han matado... impune... delito...  (Núm. 14, 1-25). /  “hierve sus cóleras y dan la orden... y matan a las mejores... y mienten...” (salmo 77).
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Declaración Universal
de los Derechos de los Animales
Considerando que todo animal posee derechos y que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y los animales, se proclama lo siguiente:
Artículo No. 2
a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b)
El hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos,
violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.
A ver si el cabildo se entera, y tal como nos pide el artículo en la letra a) que comento, “respeta” a las cabras, Y ahora viene en la letra b), lo realmente importante: el cabildo, en cuanto humanos no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, violando ese derecho, lo cual implica “violar” el derecho de las cabras. En cuanto a la letra c), en lugar de matar las cabras, debe, tiene que ocuparse -el cabildo- de “atender” las cabras, “cuidar” las cabras, y “proteger” las cabras. Según el artículo, de todo se puede llamar al cabildo (los que en el mismo están en el mando y ordeno, bien sea uno, dos o más), menos inocente o libre de culpa.

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