domingo, 20 de marzo de 2016

mando y ordeno

El que manda matar las cabras...
... mis amigos, mala cosa es cuando éste o cualquier otro personaje, pero más éste por el cargo que ostenta en el cabildo, se descuelga y dice cual si sus decisiones fueran infalibles y cuasi “palabra de dios laico”, que él, no acepta imposiciones, retratándose en cual sea su talante.
De sabio es recibir consejos, advertencias, mandatos, asesoramiento, etc., y de persona inteligente recibirlos, meditarlos, considerarlos, y si es lo correcto o sensato, dar el brazo a torces, pues bien dice el refrán, que más ven cuatro ojos que no dos, pero si esa es su postura -y así lo venimos observado en el caso de as cabras-, ¿qué cabe esperar de quien se empecina -cual niño pequeño y mal criado que morroñudo él, quiere salirse con la suya-, cual si en posesión de la verdad estuviera y devenida del cargo, y prescindir de consejos, de avisos, de orientaciones, etc. Pero, si grave es lo dicho, está por ver lo gravísimo de algo que no es cierto, y no me atrevo llamarlo mentiroso, pero siendo estas sus mismísimas palabras, vertidas en un medio y acto público, no se corresponden con el tema de las cabras, pues dice: "...yo no he dejado de recibir nunca a nadie, siempre me he reunido con todo el mundo. Con todo el mundo dialogo, con todo el mundo intento consensuar los temas...”  Contraria a esa falsa afirmación, jamás ha recibido a cuantos en contra de las cabras lo hemos manifestado, ni ha contestado a las diversas y variadas -diarias- misivas en torno a ese tema, que más parece caso cerrado por su parte, y no admite absolutamente nada en contra, lo cual contradice lo arriba afirmado. Y ser sincero, y decir la verdad, ¡eso, es muy bonito!, no así lo contrario, pues permanece cerrado al diálogo que dice quiere tener. Desafortunada declaración, cuando no se ajusta a verdad, siendo justo todo lo contario: ha permanecido en el mayor de los mutismos, cual si cuantas voces -al 100 %- se levantan, no existieran y a las que hace ostensible oídos sordos. Pues no se ve en este caso -gravísimo- de atentar contra la vida de unos indefensos e inocentes animales, que ningún daño causan, ni hacen, se deje asesorar y atienda la demanda total de la población, en contra de su parecer y el de su consejero, los únicos dos votos a favor de dicha matanza (escondiendo ésta la corrupción de percibir un dinero que no cumplirá con la finalidad señalada a Europa, por imposibilidad del terreno y clima), y con tal de obtener esa limosna europea, desaparece la flor y nata de la cabaña cáprica, como es la que corresponde a las cabras libres que tenemos, la mejor raza del mundo morfológica y genéticamente hablando. Por parte de otros, esto le dice uno: “... ésta es la forma de dialogar de A. M....” (no hace falta les desvele las iniciales [nombre y primer apellido]). Peor, quien dice lo siguiente: “... el Sr. M. hizo una gran labor en Agüimes, pero sus posiciones en el Cabildo no están beneficiando a Gran Canaria... La batalla es que NC quiere presionar a CC para ganar votos en GC, pero el sectarismo es perjudicial...”. Mucho más me gusta quien opina -y es lo que habría que hacer-: “... que si hace falta salimos a las calles a manifestarnos...”.
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“... sangre de los machos cabríos...” (Hb. 10, 1-18).
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El Padre Báez, que humildad aparte, o precisamente por ella, les confiesa que: se deja aconsejar, doy el brazo a torcer, escucho otras opiniones, tengo un Consejo Pastoral y Parroquial, asesores, consejeros, tengo en cuenta las peticiones, sugerencias, indicaciones, etc., de los fieles, laicos (o seglares), y sobretodo obedezco lo que se me manda o pide (siempre que no vaya contra la propia conciencia).
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Lo que me dice un hermano en el sacerdocio, ¡va a Misa!:
Cada día me convenzo más de que para ser buenos Gobernantes
del Bien Común, nuestras "autoridades" además de espíritu de
Servicio y sentido COMÚN, deben tener una FORMACIÓN de Grado Superior... ¡pobre pueblo-pueblo!
Buena jornada. Un abrazo,
Juan Antonio Santamaría Alonso – Sacerdote.

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