martes, 22 de marzo de 2016

libres

Las cabras libres, no son un peligro para nada...
... aquí, el único y gran peligro, es el cabildo que quiere acabar con ellas por unos euros que recibiría de Bruselas, si las matan; ¡y van a por ello! Y es que como piden algunos, no cabe alternativa alguna, como la que proponen los que dicen tiros anestésicos, mallas metálicas de separación y otras imbecilidades; no hay que hacer nada, sino dejarlas libres como están y son.
Donde las cabras están, no es factible plantar nada, dado que en los riscos pétreos y marmóreos, férreos y sin agua, plantar allí algo es de infantilismo e ignorancia grande -incomprensible ante tantos ingenieros de todo como hay enchufados en el cabildo, y precisamente por eso calladitos, que así son más bonitos-, a no ser que eso esconda el engaño a Europa, a la que se le hace creer que se planta y que las cabras se han comido ya otras plantaciones (a ver si tienen un solo vídeo o fotografía donde se vea una cabra comiéndose un cedro, un pino, una tabaiba, etc.), pues ¡suban a Amagro, a ver qué cabras se han comido lo que durante décadas vienen plantando allí!, y siempre es mayor el beneficio de las cabras en el lugar, que las plantas que durarán lo que la humedad de la bolsa donde vienen y del primer y último riego, allí no pega absolutamente nada; lo demuestro a quien quiera (ya lo intenté y planté incluso donde había agua, en Peñón Bermejo, y ¡nada de nada!), y menos en las alturas, donde pega un sol que mata a la gente (hay varios casos [a un servidor una joven en el campamento]). El cuento de las cabras, no esconde sino la mano extendida del cabildo a Europa para que le subvencione lo que se va a perder, y jamás habrá algo verde, salvo lo que las mismas cabras reforestan fijo en una labor única de la biodiversidad que les es propia y ello desde hace siglos y a la par que con y desde los guanches (antes cannarii). Nunca antes -y en épocas más pluviales- se mató cabras para evitar nada; ahora que ya es imposible salvar algo, ¡salvemos a las cabras! En el Macizo del Noroeste, consultados los más viejos del lugares cercanos, dicen: “...jamás en la zona hubieron apañadas..., eso fue y es, en Fuerteventura, no aquí...” Si se plantara algo donde no hay posibilidad de riego -salvo con helicópteros, empresa mayúscula y de fracaso igual-; aquí lo que entra en juego, no es salvar la flora inexistente y futurible y por poner para que se seque, es algo que supera todo ridículo, y solo esconde una maniobra política de gran calado corrupto del más duro y evidente; solo quieren Europa les mande dinero con este pretexto. Para una acción, que no tendrá fruto alguno y sí una doble desgracia: la desaparición de la fauna y la flora (de la flora y de la fauna). De obtener de Bruselas esa ayuda mendicante y sangrada, solo beneficiaría a unos pocos del ente, y a sus amiguetes, en distintas empresas, pagando así favores. Pero, ante este panorama alarmante, sorprende la desaparición y el mutis por el fuero de todo grupo animalista, protectores de animales, defensores de los animales (cual si se los hubieran tragados la tierra), etc., que no dicen ni media palabra, y con un silencio conformable y asintiendo en lo que es maltrato y matanza de lo que dicen defender o amparar. ¿Quién los han callado?, ¿Quién los han comprado? Porque se rompen sus vestiduras ante un circo, y ante esta payasada -peor que la circense- del cabildo, no se oye una voz, ni siquiera por lo bajo, para justificar lo que dicen ser.

El Padre Báez, que les dice a ustedes, mis amigos: Daño, sí que hacen otros animales, y no la han emprendido contra ellos, ¿por qué sí contra las cabras? Si las cabras fueran perros -por ejemplo- seguro que no las matarían, ¿Cuál es la razón de esta discriminación? R/- El dinero que les envía Europa, habida cuenta los perros no son vegetarianos, ¡Ah, amigo! Pues, éstas tenemos o nos dan (siempre y cuando, este pueblo calle y reciba, por donde le dan).
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“... aguarda un momento: desapareció el malvado, fíjate en su sitio: ya no está...” (salmo 36). / “... las praderas se cubren de rebaños...” (salmo 64). / “... se han corrompido cometiendo execraciones... se extravían obstinados...” (salmo 52). / “... insolentes, hombres violentos, persiguen a muerte...” (salmo 53).
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Esto me piden y dicen (y no son los únicos [pero hacen falta más, muchos más.  Organícense grupos, para repartirnos e impedir un solo tiro, ¡y se larguen por donde vinieron!]):

Avísenos Padre, que somos un grupo, que estamos dispuestos a acompañarle y ponernos delante de los rifles para evitar maten nuestras cabras; tendrán que matarnos también a nosotros, porque nos interponemos entre las cabras y los andaluces. Estaremos atentos a ver por dónde asoman y por dónde se apostan; ya hemos avisado a los de distintos lugares nos avisen si ven a alguno con rifle, para darles alcance y acompañarlos; nos estamos organizando por grupos, y somos ya un buen número. Gracias Padre Báez, por la defensa que hace de todo lo nuestro; que no venga nadie de fuera, pagado por los de dentro para erradicar lo más preciado que tenemos: nuestras cabras. A. R. (y 27 siglas más).

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