jueves, 17 de marzo de 2016

promoción



Si el cabildo promocionara las cabras...
... en lugar de matarlas, y dijera son un valor cultural, son un valor económico, son una tradición..., si invitara a los jóvenes -y menos jóvenes- a participar en la recuperación de las mismas, y mejorar la calidad de nuestra raza caprina con el pastoreo sacándolas de las explotaciones donde enferman y mueren, si el cabildo dijera que nuestras cabras son el mejor y más preciado bien de la población de esta y las otras islas,
y si el cabildo recondujera así el sistema actual de cabras encerradas para mejorar y rentabilizar las explotaciones con ganados sueltos en los herbazales que poseemos y que se los come el sol cuando no los incendios, o simplemente se pudren produciendo mayor cantidad, y así hacer como se hace en la España peninsular donde el ganado anda suelto y de ahí su mayor y mejor calidad de la leche y de la carne de las cabras, cabrones (o machos) y baifos, y evitar el empobrecimiento y retroceso de calidad en la raza que enferma con piensos insanos e impropios de esta genética y latitudes, donde sobran esos compuestos dañinos, y así las cabras serían todas como las libres (o mal llamadas salvajes o asilvestradas), que son como becerros en carnes y crían baifos enormes con sus leches ricas en energías y vitaminas naturales, que les son afines y propias, y les dan las características morfológicas y otras de calidad insuperable en el mundo (y el cabildo las mata). El cabildo debiera activar y promocionar el ganado caprino, y mantener nuestra identidad e Historia, y menos cursos y más pegar (unir) a los pastores ancianos a estos futuros pastores, que salidos del paro, tendrían una vida boyante, sana, rica, etc. El cabildo debiera (en lugar de matarlas) promocionar con el regalo o venta de baifas selectas la formación de nuevos ganados y ganaderos o pastores, y así rejuvenecer y ampliar el escaso y cada vez menos ganado o rebaños de cabras que van quedando y a menos. El cabildo, en lugar de matar las cabras, debiera regalarlas -otras cabras distintas a las del Macizo, que esas no hay que ni tocarlas- a los nuevos pastores deseosos de tenerlas (un niño, de 13 años [V. T. J. de Moya -no se trata de Saúl, que es otro-], me dice lo siguiente: “Gracias. Cuando quieras y donde quieras podemos ir a grabar, el problema es las clases particulares son de 5 a 6. Pero en fin, hay tiempo para todo.  ¡Ahhhhh... se me olvidaba, que a final de mes voy a comprar 3 cabras 🐐!  Me gustaría que un día de estos vinieses a ver mi huerta. Me gustó mucho el programa de ayer en Amurga, pero lo que no me gustó fue el viento y las tabaibas en medio del camino.”), e incluso sería interesante y todo un estímulo, crear un concurso de la mejor cabra, en diversas categorías, pero el cabildo -repito- en lugar de nada de esto: ¡las matan! ¿Por qué no se las regala -otras cabras- a tantos que como V. T. J., las recibirían con brincos de alegría (no me refiero a las del Macizo, que si las sacaran de allí morirían, pues se niegan a comer, cuando se las quitan de su hábitat propio y natural)?
El Padre Báez, buscando una alternativa al paro y a las cabras que el cabrón (el muy macho) cabildo, impune y abusivamente, contra normativa y legislación que aplican con severidad y crudeza a todo campesino, ellos -los cabildicios- se las pasa por donde las cabras echan sus cagarrutas. Y los niños -como el citado- y Saúl, también de Moya, poseedor y dueño él (no su padre y abuelo) y con también 13 años pidiéndoselas al cabildo en lugar de que las maten “¡que me las den!”, dijo en la reunión habida masivamente en el Valle de Agaete cuando la charla que di en defensa de las cabra y que el cabildo las matan.
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“... ¿qué ganan con sus muertes?...” (salmo 29). / “... son irracionales como caballos y mulos...” (salmo 31). / “... no me satisfacen...” (salmo 15).
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¡Pobre del que no tenga toda esa administración, y para ello, tantos libros, y un curso de administrativo o cuasi la carrera universitaria de empresariales, y todo por tener una cabrita, de la que tomarse el desayuno, hacer un quesito, tomarse un poco de suero, y matar al año un baifito p´ comérselo! ¡Lo van a coser a multas!, así que: ¡hagan cursos, mis hijos!:
¡Buenos días, Padre Báez!
Como usted es partidario del fomento de la ganadería, le cuento que: el Cabildo, a través de su Servicio de Extensión Agraria, Desarrollo Alimentario y Pesquero (¡Vaya con Antonio!), el Ayuntamiento de Ingenio y la Asociación ADSG de ganado caprino, ovino y bovino de Gran canaria  (¡¿?¡ ) imparten un curso, para la gestión informatizada de los registros de la explotación caprina, ovino y bovina -mediante la aplicación informática Crotalia- para: gestión de documentos obligatorios; balance, control del censo, movimientos de animales, su producción, gasto de subvenciones, tratamientos, vacunas, transportes, gestión de estiércoles y registros de la trazabilidad de la leche.              (¡Joder! Perdón, perdón, ¡K'spita, R10¡ ).
¿Pretenden los asamblearios-sociatas-populacheros fomentar algo con la burrocracia? Un pequeño ganadero tiene con un block y le sobra. Esto está bien para las grandes explotaciones, que, ¿dónde están?
Saludos don Fernando. Pásese por algún curso de estos.

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