y parecían...

Y parecían dos quíqueres...

... que antes se decía cuando dos se enfrascaban en una discusión o pelea. Una más de las miles y miles de referencias a las gallinas o gallineros, que junto con las cabras, hacían las delicias de toda casa: éstos con sus alegres cantos, las otras con sus balidos pidiendo comida.

Pero, nos vamos a quedar con estas expresiones, ya sin referencias a los animales, aunque de ellos procedan, ya por tanto difícil su comprensión, pues si nunca se vio los saltos y peripuestas de los alados o las llamadas de las cabras a sus amos, llegada la hora de tener en sus pesebres la comida, será muy difícil, por no decir imposible entender nada, que a la par, también desaparecen éstas y otras comparaciones o decires, fruto de una labor constante de acoso y derribo de todo aquello que pertenece al acerbo de un lugar,  una época, a un tiempo y vida, que marcó la economía y el trabajo, la distracción y las esperanzas, pues, ¡cuánto se esperaba la pollona pusiera huevos, y cómo introduciendo el dedo por el culo de éstas, se sabía si tenía en puerta o no los apetecidos huevos, o cómo en un rito singular con palabras ya olvidadas, se le iba quitando las plumas de la cola a las pollonas (gallinas nuevas), con la creencia que así iban a poner antes, y que me gustaría si alguien lo recuerda -personas mayores- me lo dijera, para recuperar lo que fue una tradición a no perder, como perdemos las cabras que el cabildo irracionalmente nos las matan, sin que molesten ni daño alguno hagan.

El Padre Báez, que mientras duran las vacaciones amplía sus comentarios con esta dimensión gallinácea, hoy, con referencia a los gallos -y gallinas quíqueras- que como todo el mundo sabe, eran de menor tamaño que las otras, las normales, para pasado el estío, volver a la carga en defensa de las cabras y en ataques al cabildo, al que no olvido ningún día, y hasta sueño con él.

---------------------------------------

¡Menos mal, que no se me sube a la cabeza! Pero es uno entre muchos de esos correos que recibo, y que no debiera mostrarles a ustedes, pero, ¡si es lo que recibo, y siempre les compartí de todo, pues ahí va! Con mi agradecimiento a este joven de Tenerife:

Buenas noches Padre Báez!! Soy Jonathan, un chico de 26 años de la isla de enfrente, de Tenerife. Le escribo este correo para comunicarle que usted es pura raza canaria, un huracán de sentimientos, de risas, de cabreos, de tristeza o alegría!! y las personas así de corazón se lo digo, me encantan!

Llevo cuatro años en Valencia por motivos de estudios, viniendo a Tenerife por navidad y en verano que es cuando me lo puedo permitir y de las mejores cosas que he descubierto allá, no es ni la Ciudad de las ciencias, ni el parque de Turia, ni cualquier otro monumento, sino haber dado con usted y con su programa que tanto conocimiento me aporta y tantas risas me da, junto con Juan Antonio y el querido Guanche con las suecas... pasee por el bosque coññiiio! Jaja.

Usted es una persona tan cercana, tan natural y tan sincera que me encantaría conocerle porque seguro que da gusto. Soy de una generación en la que no se valora lo que tiene y mucho menos, no valora donde vive y con usted la gente se da cuenta del paraíso en el que nos encontramos: agricultura, ganadería y arqueología!

En fin don Fernando, no quisiera extenderme más, pero usted es un diamante pulido y brillante que ilumina Gran Canaria y espero que siga iluminando Tenerife y las demás islas, aquí le espero!!

Un fuerte abrazo y le recomiendo para el verano un arroz con leche con unas ramitas de pinocha, riquísimo!!

-----------------------------------------

“... ve y grita a los oídos...” (Jr 2,1-3,7-8.12-13). / “... les hablas...” (Mt 10, 13-17). / “... hablo iluminando, dando a conocer... nos aplastan, nos abandonan, nos derriban, nos entregan a la muerte... creo, por eso hablo... no nos desanimamos...” (2Cor 4, 5-18). / “... nos impiden ver la verdad...” (de los comentarios de san Ambrosio, obispo, sobre los salmos). / “... nos saquean... nos dispersan... nos venden... somos la irrisión y burla de los que nos rodean... nos deshonran, nos insultan e injurian... nos degüellan... ¡levántate!... nos hunden...” (salmo 43). / “...nos persiguen, nos empujan, nos confinan...” (salmo 142). / “... expectante... aguardamos... frustrados... sometidos... esclavitud... corrupción...” (Rm 8, 18-21).