En la arqueología, como cabras
(2)...
Según estas lumbreras (los arqueólogos de aquí) toda
montaña cual si catedral fuera o santuario donde conectar con la divinidad.
Cierto y verdad es que Dios está en todas partes, pero verlo en todo y todos (lo
relacionado con yacimientos guanches) es un culto inventado. Que no eran
idólatras, tampoco politeístas, ¡y ya es mucho y lo es todo!
En el sol, como más
tarde san Francisco de Asís, veían la manifestación o el poder de Dios, pero no
lo adoraban, ¡ni mucho menos! Por supuesto, que nuestra actual ofrenda del pan y
el vino y luego de consagrados: el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ellos a falta
de pan y vino ofrecían el fruto de sus cabras: la leche en canalillos y
cazoletas, cuales cálices nuestros. Por supuesto que tenemos almogarenes
diversos, pero no todo son almogarenes, ¡ni mucho menos! Que sí, eran un pueblo
religioso, religiosidad que hemos heredado, pero de ahí a que todo tenga que
pasar por el tamiz de la religión, es forzar y faltar a la verdad. Pues, no todo
es religión o religiosidad, culto o ritual. ¡Se están pasando y faltando a la
verdad! Y así te confunden la decoración de una cueva con un lugar de
ceremonias, culto o religiosidad sin una sola prueba convincente, sino porque
así lo dicen todos de todo. Y, cuanto se dice de la religiosidad de los
guanches, lo mismo sucede con el sol y el equinoccio, que da la impresión otra
cosa no les preocupa, sino medir el tiempo. ¡Absurdo mayúsculo!: que todo sean
laboratorios científicos de observación estelar o solar. Para estos sanacas todo tiene -también- relación
celestial y sus astros (sol, luna, estrellas), ¡vaya manía y de dónde diablos
habrán sacado tanta idiotez! Y así la cosa, los guanches -según estos- solo
hacían dos cosas: mirar al cielo y rezar. Para estos pobres diablos, los
guanches pasaban de todo lo relacionado con lo social, político, económico,
etc., para con exclusividad dedicarse cuales monjes al servicio íntegro y total
a Acorán. ¡Falso! Por supuesto que mirarían al cielo y ofrecían sus cultos a
Dios, pero de ahí a que todo tenga relación con ello va un abismo, y no se
ajusta a verdad. ¿Acaso se olvidaban de cuidar sus cabras, de las que obtenían
todo (leche, baifos, cuernos, cuernos, pieles, etc.,
etc.)?
El Padre Báez, que no
entiende cómo a unos arqueólogos ateos, indiferentes, agnósticos, no creyentes,
indiferentes, enemigos de la religión, de la Iglesia, de todo lo que suene a
espiritualidad cristiana, les han dado porque los guanches, otra cosa no hacían
sino buscar a Dios en todo; sobre todo en las estrellas, en el firmamento, en
las nubes y lo expresaban en sus cuevas con grabados y otras manifestaciones.
Absurdos, ridículos, reiterativos, obsesivos, maniacos, supletorios, si sentido,
sin rigor, sin fundamento, etc., sobretodo: sin
fundamento.
Comentario a este mismo
tema expresado esta mañana en el mismo comentario con el número uno (1), uno
entre tantos:
Gracias
Padre Báez, por abrirnos los ojos respecto a tantos arqueólogos “religiosos”,
que solo ven y solo descubren religiosidad en la vida de los guanches, ¡ni que
fueran monjes todos!, como usted bien dice. Y lo del solsticio y equinoccio,
otra más de sus obsesiones, que no son de recibo. Y como usted bien repite: nos
idiotizan. Gracias Padre Báez, por despertarnos de este sueño en el que nos han
metido estos pobres arqueólogos, que dan pena. Para ellos todo es sol y
religión, como usted dice. (M. R. P.).
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“... somete a
tus enemigos... somete en la batalla a tus enemigos...”
(salmo
109).
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