domingo, 17 de julio de 2016

arqueología (1)...

En la arqueología, como cabras (1)...
... unos detrás de los otros, repitiendo -sin fundamento- todos lo mismo. Y así la cosa, alguien vio un detalle o destello de divinidad, y ahora todos, al 100 %, todo lo que sea huellas de los guanches en yacimiento alguno, todo tiene que ver con la piedad, el amor a Dios, la trascendencia, la religiosidad, la espiritualidad..., ¡y ya es una pasada!
Más parece otra cosa no hicieran los guanches sino girar en torno a Acorán y a su Madre Chaxiraxi, en cultos, ceremonias y liturgias afines, sin otro menester, y cuanto haya de restos, todo para estos mentecatos, metidos a arqueólogos, otra actividad no tenían los guanches que el trato o conexión con el Más Allá. Esto, por una parte, que la otra todo también, lo relacionan con el solsticio y el comienzo del año, pero todo-todo es un observatorio astrológico para saber cuándo comenzaba el año, que tan preocupados andaban que otra cosa no hacían. ¡Por Dios, pónganse las pilas y dejen miméticamente empaquetar a todo esa doble relación: astros y Dios! Según lo dicho, una piedra cualquiera, un trozo de cerámica, un hueso o lo que sea todo -según estos totorotas-, todo era cuestión de la religiosidad de los guanches, y nada con su alimentación, trabajo, ocio,  vida social, etc. Más parece los guanches fueran unos místicos de entrega total a nuestro Dios (el mismo nuestro). Sabemos de sus lugares de culto, los almogarenes, pues bien: para estas lumbreras de la arqueología todo es lugar sagrado, ya sea un casa, una cueva, un especio X, o se trate del material sea el que sea, todo es para relacionarlo con la piedad o culto a Dios, ¡ya está bien, por favor! Desclericalicen la vida de los guanches; no eran ateos, pero tampoco unos beatos, que otra cosa no hicieran sino estar en continua oración y entrega con ofrendas a Acoran y culto a su Madre (nuestra Madre, la Virgen María, a la que llamaban Chaxiraxi).
El Padre Báez, que como los guanches, reza el Oficio Divino: maitines, Laudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas, Completas, el Rosario, la Eucaristía, y otras devociones, ¿No es esto lo que hacían también los guanches, según los arqueólogo ateos, agnósticos, no practicantes e indiferentes que tenemos? ¿Ha visto usted a uno solo de ellos cumpliendo con el santo Domingo? ¡Cómprense una cabra y verán lo que es bueno, y se dejen de majaderías tontas de engañabobos y utilización de lo divino para suplir sus propias carencias!


Pues a tal fin, sobre las cuevas guanches tengo un libro publicado que precisamente se titula: “La Cueva Guanche”, pero conste, no vine a hablar de mis libros, lo digo por lo que sigue de J. N. S.:
Padre Báez, gracias por las enseñanzas que nos da sobre los guanches tan acertadamente. Y qué hermoso lo de Carlos, ese joven licenciado en Finanzas en Londres, de Guanarteme él, que creía que de los guanches solo existía la cueva de Gáldar.
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“... mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los hombres...” (salmo 117).

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