Todo el santo día sin
parar...
... pero, es que es una pasada, no paran de escarbar,
fijo, de forma constante, maníaca, obsesiva, y en ello son todo un ejemplo de
constancia, perseverancia, insistencia.
Por supuesto, me refiero a las gallinas,
que lo revuelven todo, una y mil veces, buscando gusanos y picoteando lo que no
alcanzo a ver, ni veo, pero que no cesan, en una continuidad desde la mañana a
la noche, y ello por más que hayan comido abundantemente, y no les falte la
comida, pero cual instinto, otra cosa no hacen sin descanso, salvo cuando el sol
es fuerte y se tumban, pero por poco. Digo, que, todo un estímulo o ejemplo para
sin pasarnos, ser como ellas: laboriosos, trabajadores, ardilosos, pero sin tanto fanatismo,
pues hay muchas otras cosas que hacer y lo importante es estar ocupado, pues es
filosofía y refrán, que en mente ocupada difícil entre el
diablo o algo parecido. Pues va quedando todo un rosario o reguero de
lecciones emanadas o salidas del gallinero. ¡Cuánto nos enseñan las gallinas!
¡Cuánto por aprender de ellas, que referente a las cabras -pues no las olvido-,
y son mi constante preocupación, cual cosa fija e inolvidable, otro tanto o más,
que estas sí se echan a romear (rumiar) lo que comen, y andariegas e inquietas
también lo son, aún más en ejemplo, al subir y escalar invitándonos como hacen
ellas a subir y subir y no solo escarbar y escarbar tierra como hacen las
gallinas, que de ambas se aprende!
El Padre Báez, que no se cansa, como hacen las gallinas
y las cabras, que tampoco lo hacen, en el ser reiterativo, perseverante,
constante y seguir y seguir pues como dice el refrán: el
que la sigue y persigue al fin lo consigue; vamos a ver si se cumple con
lo de las cabras, y el cabildo cabezón cede y deja de matarlas. ¡Ojalá y así sea
(o ¡amén!”, que decimos en las
oraciones y liturgia)!
-----------------------------------------------
Es, lo que hay, sin más:
------------------------------------------
“... la
acusación es fuerte y grave...” (Gn 18, 20-32), / “... con toda franqueza... y no me han
desmentido...” (2 Cor 7, 2-16). / “... hombres perniciosos... grandes
tribulaciones los oscurecen...” (de las homilías de san Juan Crisóstomo,
obispo, sobre la segunda carta a los
Corintios). / “... impíos, pecadores, cínicos...”
(salmo 1). / “... ¿planean un fracaso?... conspiran, hablan con ira, con cólera...”
(salmo 2). / “... no fiarse de los jefes...”
(salmo 117). / “... cosechamos corrupción...”
(Ga 6, 7b-8). / “... no nos cansemos, no desmayemos...”
(Ga 6, 9-10).
No hay comentarios:
Publicar un comentario