eran el...

Eran el terror de los sembrados...

... (la comida de las cabras dependían en gran medida de ellos) ya que buscando granos de las semillas sembradas escarbaban y hacían verdaderos destrozos, por lo que había que tenerlas encerradas, y si  sueltas, controladas.

Me refiero a las gallinas, que aunque voy y vengo -como decía el otro- no se me olvida lo que en el fuego tengo, que si freno ahora un poco estos mis comentarios centrados en las cabras, no es porque las abandone, sino que estando el personal de vacaciones, guardo metralla e infantería, y sus morteros para cuando vuelvan de las mismas, pero veraniegas, que por otra parte, aunque no sea en su totalidad, estos comentarios, las tiene más que presentes, y también a diario se ocupa de no olvidarlas, y como referencias y complementos, siempre las tenemos con nosotros, a la par, que recopilo información como la carta citada del miedoambiente a Don Pedro Toledo, para la que hay una verdadera exégesis de dinamita explosiva para destrozar dicho escrito, pero ¡tiempo al tiempo!, que aunque ando con gallinas, no me olvido de las cabras, las mismas sobre cuyas cabezas pesa la orden de exterminarlas, por mor de unos endemismos que no existen, y que son la excusa, para acabar con ellas, y llenarlo todo de pinos, y otros planes. Sobran pues, las cabras, y como las gallinas en otros tiempos aún cercanos, estaban por todas partes, y ahora ni con lupa ves una, y así y todo, a pesar de su descenso en número, las pocas que quedan, están sentenciadas a muerte, sin indulto posible, mientras andemos más preocupados por el fútbol que por la que nos sacaría del hambre y darían trabajo, pero a la clase política no les importa ni les interesa una, ni la otra.

El Padre Báez, que ampliando el corral, lo ha llenado también de gallinas, pues no en balde siempre anduvieron a la par, y donde quiera hayan cabras, también de por medio andan las gallinas; de ahí que de unas a otras, para volver a las unas, tan pronto pase el estío, con exclusividad.

¡Ya tuviera tiempo!: Cinco lugares de culto, las emisoras de radio, el oficio divino, los comentarios, la casa, las gallinas, la huerta, la televisión, etc., pero, algo va cayendo poco a poco:

Creo que "puliendo", y sobre todo quitando los "palabros" ofensivos, tienes ya suficiente "material" para mandar a la Imprenta un gran Libro de MEMORIAS, muy interesante y costumbrista de nuestra tierra canaria... Rezo por tu salud y tu tiempo para ello. Cuidando el "colesterol", claro.

Un fuerte abrazo. Buena jornada:

Juan Antonio Santamaría Alonso – Sacerdote.

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“... los tribunales de justicia...” (salmo 121). / “... desde lo hondo grito... ¿quién puede resistir?...” (salmo 129). / “... ¿hasta cuándo amarán la falsedad buscando el engaño?...” (salmo 4).