¡Qué alegría cuando me
dijeron...
... así empieza un salmo de subida a Jerusalén! Y es que
Tomás Luján hizo el pregón de su pueblo (Tasartico), como un servidor en su día,
y me invitó, y ¿cómo no voy a ir, si fui durante 38 años, por donde las cabras
en otro tiempo, y no hace un par de meses volví a grabar el Tagoror Rojo (para
la Televisión [Mírame-Tv]), y cabras; cabras, casi ninguna, y la frondosidad de
aquellos endemismos (tabaibas, beroles, ahulagas, tajinastes, etc.), no te dejan
caminar.
Cierto, entonces vimos allá a lo lejos, arriba, bien en el macizo donde
el cabildo quiere quitarlas para plantar lo que se va a secar, ni pueden llegar,
y luego ni flora (de subir en helicópteros), ni fauna. Tenemos un cabildo
exterminador. ¿Cómo olvidar la vida en cincuenta años atrás en aquel valle entre
montañas, cruzado por el barranco, lleno de animales (cabras por todas partes),
y agricultura; hoy, ahora: nada, todo muerte, todo seco, todo vacío, todo en
nada, con nada, los surcos vacíos de años que quedaron atrás. Esta es la obra
del cabildo, que cierra el campo, poniendo agentes que lo cuidan: miedoambiente,
el seprona, los chivatos, etc., es decir: una auténtica maldición. Se vacían los
poblados, desaparece el sector primario, y comemos todo traído de, ¡Dios sabe
dónde! ¿Y cómo olvidar las gallinas en fideos y garbanzos de Juana, y las cestas
de higos y de tunos de su “marido”? ¡Qué tiempos aquellos, cuando y donde había
comida, la mejor del mundo!; ahora, venido a nada, a muerte, y ello gracias al
cabildo y a aquellas cuatro cabras que quedan en los riscos, para las que
vendrán de anda-Lucía a hacerles foto, sí fotografías de matanza cruel a rifles
que disparan dejándolas heridas hasta que mueren en mal trato animal, sangre
derramada en los riscos. ¡Los saharauis también las matan (ya les contaré algo
sobre esto, que es: una bomba!, pero avisen antes a Carmelo Ramírez, y estén
atentos, no quiero se les pase.
El Padre Báez, que les aguarda con un sorpresón, algo
inimaginado, inesperado. Y conste, no es mérito mío, sino que me lo ha entregado
(un periodista que me da la exclusiva a cambio de no desvelar su nombre, pues
peligran los garbanzos propios y lo de sus hijos pequeños y esposa. Pues dicho
queda, y queden en suspense.
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Cosas de Paco Martel (Don Francisco Martel, presbítero o
sacerdote). ¡Traduzcan, traduzcan (va en latín, que no es
propio)!
:
requesce pusillu,...donec dominus este
chegndno ,
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“... tenían
hambre, y empezaron a...” (Mt 12, 1-8). / “...han expulsado a los moradores de la
tierra... se asustan y acobardan... no se alzan...” (1 Cro 2’, 1-9. 13-24).
“... imponemos silencio a nuestras
preocupaciones...” (de las obras de san Buenaventura,
obispo). / “... nos atacan injustamente... quedamos
defraudados... aguantamos afrentas... estamos en peligro... nos acosan...”
(salmo 68). / “... nos han abandonado... no nos hacen
caso... confiábamos en ellos y nos han defraudado... se burlan de nosotros...
son una banda de malhechores... les tenemos miedo... nos desprecian... nos ven
pobres desgraciados... no nos escuchan... nos tienen desvalidos...”
(salmo 21).
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